“Nunca sentí una discriminación por parte de mis compañeros de trabajo, al contrario, me han alimentado de sus conocimientos y me han contribuido para que me desenvuelva mejor como profesionista”, mencionó Graciela.

Al cuestionarle si ha tenido miedo al momento de estar en los operativos policiacos, su respuesta fue nunca, solo le tiene temor a no regresar a casa un día.

Aunado a este cargo, es madre de familia, esposa y tiene un negocio de Spa, en el cual realizan masajes, depilación y tratamientos de belleza, todos estos conocimientos los lleva a las mujeres que se encuentran en centros de rehabilitación para que cuando se recuperen, busquen emprender y tener una vida normal y generar un ingreso extra de dinero.

Para culminar, invitó a todas las mujeres a que se desenvuelvan en el área que más les guste, que lo hagan con el corazón, no solo por la remuneración, ya que no hay límites para alcanzar sus sueños, más ahora que tienen más oportunidades.