LOBO. - Los motivos de Lucio, el ahora ex director de seguridad publica quien se auto proclamo como un desempleado en activo, cuando se enteró que el presidente municipal no era Cesar peña optó por esfumarse, de cualquier manera, si asistía o no, era la misma, todos tenían el control menos él, vegetó durante las últimas quincenas hasta que el oficial mayor le notificó su salida.

VACIO. - La baja de Lucio Porras Valdez operativamente ya se había dado desde hace unos dos meses antes, casi después que tomó posesión se fue apagando. Los motivos de su dimisión obligada no fueron distintos a las de su antecesor Rubén Arcadio Ávila Mireles, ambos tienen historias engarzadas, ¡su periodo de caducidad fue corto, eran parte del mismo paquete! A los dos los sacó de la jugada el mismo plenipotenciario y no el presidente.

INICIO. - En el arranque de la presente administración de ¿la capital de lo bueno? Los nuevos desechables de seguridad publica eran presentados ante los regidores, Rubén Arcadio Ávila, fue el electo y también fue el primero en tocar retirada.

RENATA. – Luego, aprovechando la reserva de talentos que habían adquirido y presentado en el cabildo, el ex policía federal de caminos pensionado, Lucio Porras fue llamado a escena, ni siquiera los regidores podían objetar su curriculum, en el papel era el mejor, pero también era el de la línea, cuando no quedó en la primera elección, se mantuvo trabajado con Ávila Mireles. Pero hoy se corrobora otra vez que ¡nadie experimenta en cabeza ajena!

DEBUT. - Antes de ser nombrado, el alcalde Cesar Peña lo paseo en la suburban negra por la ciudad, lo llevó a presentar a Gilberto Loya el director estatal de seguridad publica en el estado, ¡era el ungido! Aunque los regidores todavía no lo decidían, ya estaba electo, eso es parte de los lujos que da el tener la mayoría con la bancada naranja y ¡anexa!

SALIDA. - Mientras que el oficial mayor, el hombre fuerte de la alcaldía, ¡el verdadero alcalde! No compartía la misma felicidad, los números no cuadraban, no era su candidato y anticipaba que habría problemas. La urgencia de recursos económicos se agravó más cuando fueron obligados por Edgar Piñón, quien los arrincono en el congreso hasta obligarlos a retirar la extorsión vial que tenían con el secuestro de placas y documentos, ¡la casa amenazaba quiebra!

LANA. - Los ingresos por la vía de las infracciones no llegaban al nivel de la exigencia del patrón, el dueño de la tiendita en el 2022 no pudo terminar algunas obras, tampoco el municipio faltó el efectivo para pagar a los proveedores, apenas en este inicio de año se reactivarán.

CRISIS. - Luego la crisis llegó a sus niveles mas altos, cuando los retenes que generosos permitían extorsionar, perdón, multar, en una mala noche fueron prohibidos, los asustaron y durante semana se les olvidaron.

LLAMADAS. - El director de seguridad publica empezó a volverse ojos de hormiga, su sueño de ser director de seguridad publica estaba acotado a ser un simple recaudador. Le habían mandado de chaperón a Omar Payan, operador natural de la cofradía y cercano al oficial mayor, le cuidaría las manos junto con los comandantes de vialidad y policía, lo convirtieron en un artículo decorativo más de la colección naranja, aunque los roces surgieron, nunca pudo cambiar a nadie.

DESCUENTO. - El más mínimo descuento y excepción en los cobros de las multas se reportaba a la oficialía mayor y ameritaba una reprimenda, en más de una ocasión el poderoso chumay tuvo que ir a la dirección de seguridad pública a recordarle cuál era su función, la recaudatoria, obvio, ¡Cesar Peña no apareció por ningún lado!

GASTO. - Dura más -en la dirección- quien gasta menos, así que la labor preventiva debería seguir cayéndose a pedazos, por eso no hay unidades para patrullar, se reparan las mínimas, las de choque, ¡menos! están hechos trizas, pero es lo que menos importa, la seguridad de la población no ha sido y tampoco es prioridad.

DESPEDIDA. - Entonces supo que para sobrevivir debía vegetar, que los incondicionales operaran la dirección y con ello empezó su despedida. El que, con leche de quema, ¡hasta el jocoque le sopla! No volvió mas a la oficina o muy poco y discreto. Las llamadas no las contestaba y menos si provenían de la oficialía mayor, su presencia en eventos era eventual, la última aparición fue con motivo del proyecto centinela, se rezago, estaba perdido en las sillas de atrás, perdido como uno más.

CANCION. - Y finalmente en diciembre, se complementó el estribillo de ¡ese compa ya esta afuera, nomas no le han avisado! y Desde la oficialía mayor, le notificaron que debía pasar por su finiquito, no sería más el director de seguridad pública, bueno en realidad nunca lo fue.