Lo que no se dice...
27 de agosto de 2025


REVOCACION. - Todo es política, ¡sin excepción! No es terreno de competencia exclusiva de los partidos políticos, ahora también le entran los jueces y los clérigos, ¡si los prelados! En ejercicio o fuera de este son objeto de observación religiosa, no son elegibles, aunque ya no estén en el pulpito.
REGLAS. - La reciente revocación del triunfo electoral de Jorge Vences, quien había sido electo como juez familiar en el Distrito Judicial Hidalgo, deja mucho más que una vacante: deja una herida abierta en la idea de que el voto popular tiene valor cuando se ejerce, y no cuando se interpreta.
DECISION. - La Sala Guadalajara del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación decidió arrebatarle la constancia de mayoría que el órgano electoral de Chihuahua le había otorgado y el tribunal electoral del estado le había ratificado.
JUGADA. - Ahora esta oficialmente fuera de la jugada. No debe prepararse más para ser juez familiar y mucho menos pensar en ir a practicar a algún juzgado, esta descalificado y ni siquiera en tiempos extras, ¡en la post elección! Que es en términos electorales lo mismo que la posverdad de la vida cotidiana.
SALIDA. - Fue desconocido de su triunfo en las urnas bajo el argumento de que el abogado Jorge Vences no era elegible por ser ministro de culto. Sin embargo, la polémica no radica sólo en lo jurídico, sino en lo profundamente político y simbólico de esta decisión.
FONDO. - ¿De qué sirve consultar al pueblo si el resultado puede ser anulado por tecnicismos? Vences obtuvo más votos y estos representan voluntades. La mayoría lo eligió, por las razones que haya sido: porque lo conocían, porque les inspiraba confianza, porque venía en los acordeones, o simplemente ¡porque les dio la gana! Así funciona la democracia: el sufragio no necesita explicación, solo se ejerce y en ello influye mucho la percepción.
DESESTIMADA. - Sin embargo, esa voluntad popular fue desechada por una interpretación legal que distingue el abismo jurídico que existe entre “suspensión” y “separación” del ministerio religioso. ¡Vaya profundidad de análisis! El tribunal que lo juzgó no pondero la voluntad del pueblo, sino el estatus burocrático-administrativo de una clasificación eclesiástica, que en cualquier escenario de términos ¡lo tiene fuera de los pulpitos!
CONDENA. - Si existe fraude en este asunto, eso ni que dudarlo, pero no fue del electorado, sino del órgano electoral, que permitió que un candidato que no cumplía los requisitos llegara hasta la boleta. ¿Por qué no se impugnó antes? ¿Habría existido este señalamiento si Vences no hubiera ganado? Difícilmente. El verdadero “pecado” del depuesto juez electo fue ganar. Y como ganó, hubo que buscar cómo quitarle lo ganado.
SITUACION. - Si Vences hubiera sido financiado por la delincuencia organizada, ¡no hubiera sido impugnado! Si el ahora juez desconocido por el órgano electoral hubiera aparecido en mas acordeones tampoco, si se hubiera apegado por afinidad a un partido, menos aún, ¿acaso esos factores no son los que tienen a nuestra sociedad en estas condiciones? ¡si le hubieran rellenado las urnas para que ganara! Tampoco se le hubiera caído el triunfo, porque aquellos que fueron acusados de todas estas causas gozan de su constancia.

IRONIA. - Paradójicamente, los vínculos que le daban autoridad moral frente a los votantes fue su relación con la Iglesia y también ese factor fue el que inspiro a la santa inquisición electoral de la sala Guadalajara para condenarlo. Porque el sistema, con toda su maquinaria de tecnicismos, decidió que estar suspendido no es lo mismo que estar separado. Aunque, en la práctica, el resultado es el mismo: ya no ejerce como ministro.
DEFENSA. - No se trata de defender a Jorge Vences per se, sino de defender la muda voluntad popular que otra vez fue mancillada y de cuestionar un sistema que convoca al pueblo para decidir, pero que al final solo valida lo que encaja en sus moldes. Si no era elegible, ¡No debió aparecer en la boleta! Y si estuvo en la boleta, entonces la elección debe respetarse. Todo lo demás es simulación. El sistema electoral tiene graves fallas, si no hubiera impugnación en tiempo y forma Vences seria electo y eso ¿lo haría mejor o peor juzgador?
ARGUMENTO. - Este episodio debería dejarnos una lección clara: no se puede invocar la democracia solo cuando conviene. Cuando la legalidad atropella la legitimidad, lo que se pierde no es una candidatura, sino la confianza ciudadana. Hoy Jorge Vences perdió el cargo. Pero más grave aún: el pueblo perdió su derecho a decidir.








