PODER. - El poder municipal en Parral parece haber entrado en una fase de parálisis. Y no es que falten razones para actuar, sino voluntad. ¿Hay acuerdos entre los de ayer y los de hoy? Estos ultimo Ni siquiera reaccionan en defensa propia; Lozoya ya les dijo que va a regresar en el 2027 por lo que le pertenece y por lo que se ve, desde la administración municipal, ¡le van a ayudar!

EVENTO. - El más reciente episodio fue el evento organizado por Movimiento Ciudadano en el Lienzo Charro, donde el diputado federal Alfredo Lozoya volvió a escena como figura central. Y lo hizo con todo: comida, música, alcohol, acceso VIP y un ambiente que se extendió hasta las seis de la mañana.

CIRCO. - Lo que para algunos fue un acto político disfrazado de convivencia, para otros fue un circo romano en toda forma, desde los niveles sociales, hasta el espectáculo animal ¡y humano! con marcajes de clase y una ausencia total de orden institucional.

AGREGADO. - No es que esté mal hacer política con tacos, música y tragos. Lo grave es la omisión institucional. Solo Protección Civil apareció, y lo hizo exclusivamente para cerrar puertas una vez que el aforo estaba desbordado. De ahí en adelante, silencio total. Ni Gobernación estatal, ni Seguridad Pública, ni el propio Ayuntamiento hicieron acto de presencia para verificar horarios, condiciones de seguridad o cumplimiento de normas. ¿No quieren que les toque más ese tema y dar vuelta a la hoja?

ANTECEDENTES. - Y eso que no estamos partiendo de cero. Apenas hace unos días, durante el Foro Villista, un grupo de porros intentó reventar el evento organizado por la administración municipal. En aquella ocasión, la intervención del Ejército fue lo que evitó una escalada. Pero el mensaje quedó claro: sin respaldo, el gobierno municipal no puede —o no quiere— hacer valer su autoridad.

RETO. - El diputado federal, asegura ser dueño de Parral y anuncio que regresara por lo que le pertenece, obvio no se refiere a las tomas clandestinas de agua, sino a la presidencia municipal, en donde en silencio se firmó de recibido el mensaje, ¡incluso hay quien desde un rincón puede estar convencido de que así debe ser!

VACIO. - Esta semana, ese vacío en el poder se hizo más evidente. Mientras Lozoya convocaba a cientos en un evento donde hasta menores salieron golpeados por la desesperación de conseguir una orden de tacos, la presidencia municipal permanecía en la sombra, sin dar un solo paso para marcar límites. Nadie dijo "esta boca es mía". Ni el alcalde Salvador Calderón, ni su gabinete, ni los regidores, nadie pidió explicaciones, ni siquiera en cabildo.

ASUNTO. - Lo más revelador: es un seguimiento de lo que se dijo en el Foro Villista sobre emprender acciones legales por los excesos cometidos no se hizo nada y quedó en el olvido. César Gutiérrez, el regidor involucrado en el escándalo, optó por desaparecer del radar, y cuando se dejó ver fue en el cabildo, lo hizo en silencio, como si la tormenta se hubiera disuelto. Claudia Martínez, su compañera, intentó justificar la ausencia anticipada con explicaciones que no convencieron, en el cabildo, el eco fue absoluto.

EXPLICACIONES. - Lo preocupante no es solo el descontrol, sino la resignación. Porque si nadie pone orden, si nadie asume el costo de hacer valer la autoridad municipal, lo que queda es un vacío donde cualquier actor político con recursos y ambiciones puede imponer sus propias reglas. La ley se vuelve opcional, y el respeto a la convivencia pública, una moneda de cambio.