MORENA. - Desde el debut de los priista kínder garden en las lides de la política no se había visto una monada, como la que protagonizaron este fin de semana tres de los aspirantes a la diputación federal por el noveno distrito electoral.

CONVOCATORIA. - Es la historia en donde fue citado Javier Portillo a instancias de Francisco Cisneros y Héctor Chávez. Todos son precandidatos a diputados del noveno distrito. Todos tienen su cedula de inscripción y todos ignoran quienes más están en los listados de los posibles.

FUERZA. - Pese a ello se pretende vender una fuerza incuantificable de esos tres notables de la contienda política interna morenista. No existe un contexto de referencia que permita contrastar cuanto “pesan los gallos” menos, en una carrera, en la que ni siquiera se sabe quiénes son los inscritos y tampoco los padrinos de estos –como quiera alguno de estos ya se hizo un lado. Hacer tratos así es como jugar a la gallinita ciega.

DESESPERACION. - La reunión huele más a desesperación de por lo menos uno de los convocados que a una verdadera intención de crear unidad. Una fallida leída de mano entre gitanos.

OSCURANTISMO. - Pero como eso y creer en santa Claus en pleno mes de febrero es tan anacrónico como utópico. Entonces, los tres personajes no tienen nada que ofrecer más allá de su imaginación y llevar la demagogia hasta los límites de su auto estima.

EGOS. - Una mesa de esas características se convierte de facto en una competencia de esgrima verbal, donde el arma punzante es el ego o dicho en términos campiranos es una medición, donde el que tiene más saliva, traga más pinole.

DESAFIO. - La sola idea de plantear un candidato de unidad de esos tres mosqueteros de la cuarta transformación se convierte en un flagrante desafío a la credibilidad del partido al que aspiran representar. ¡la duda ofende!

INBERBES. - Es claro que los acuerdos que se pudieran generar en tan suigeneris tertulia denotarían una ignorancia de los contertulios para las practicas morenistas; ¡a estas alturas ya deberían saber dónde se metieron! Los jerarcas morenos tienen sus propios planes y lo disfrazan de encuestas. ¡ahí de aquel que se atreva a ver por sus propios ojos la realidad y ponga en duda, aunque sea por un momento ese todo infalible que representan las decisiones sagradas basadas en la designación del tlatoani!

ACUERDO. - Por fortuna para los tres no hubo acuerdos. De haber logrado los consensos hasta se les había ocurrido la letal idea de desafiar a las encuestas y tratar de inducir el resultado hasta el punto de ir con Juan Carlos Loera de la Rosa para decirles que ya se habían puesto de acuerdo y uno de ellos era el bueno. ¡que ironía, Su ego y ambición los salvo!

INSULTO. - Haberlo hecho serio punto menos que suicida, mínimo un insulto al origen del candidato a gobernador, ¡imposible pensar en algo así, cuando se sabe que Loera es el más puro ejemplo de que las encuestas son auténticas e infalibles! Tanto que, hasta Cruz Pérez Cuellar tardo, pero termino avalando el asertividad de las mediciones de ese partido, al grado que ya se sometió a una segunda encuesta en Juárez, he aquí la excepción del dicho aquel de que el que con leche se quema, hasta el jocoque le sopla.

CAFÉ. - Como reunión de amigos y degustadores de café, la práctica de esa reunión de unidad fue excelente, como forma de operación política en un contexto priista o panista –neoliberal- también, por aquello de los candidatos de unidad, pero… cuando se trata de temas chairos y la cuarta transformación, se trata de una acción torpe y errática, se arriesgarán a que les dijeran, de plano… ¡esos camaradas perdieron la razón!

RAZON. - ¿No entenderían el mensaje que les mando Hugo Moreno? cuando no cayó en la tentación ni en el juego de los auto nombrados dueños de morena y decidió no acudir a la reunión en donde uno de los aspirantes a la alcaldía declinaría en su favor a la alcaldía, el aludido sabía que nada le aseguraba ese hecho. ¡nada les han enseñado los años!

ENDOSO. - ¿Qué es lo que endosa un candidato que renuncia a sus aspiraciones para cederla a otro?, ¡nada! porque no tienen absolutamente nada, solo una cedula de inscripción que vale tanto como el papel en el que está inscrita. No se habrán preguntado por un momento, ¿qué pasaría si dos declinan en favor de uno y ese no es del agrado del dedo elector, perdón de las encuestas?