FILOSOS. - La lumbre la sienten cerca, el arranque de los independientes naranjas es errática, indecisa, por decir menos. Ni siquiera el profe Parga tiene nada seguro. Sondea, pero no tiene el eco esperado, la lápida que carga es pesada, pero no hay de otra. El riesgo de un cambio de último momento no es descartable, sabe que es una pieza más del ajedrez de Alfredo Lozoya donde todos son sacrificables.

ACCIONES. - Para evitar que otros contendientes crezcan prematuramente despliegan acciones de intimidación y que en fondo resulta contraproducente, porque exacerban la animadversión que se ha ganado a fuerza de hostigamiento de la administración independiente. ¡ah como se extraña a los partidos!

SABADO. - Así inició la cacería de los leones; Un grupo multidisciplinario adscrito a la nómina municipal se desplego por la ciudad. La consigna era sancionar a todos aquellos -ya ubicados- que se niegan a apostarle al continuismo a la cofradía de la mano en cajón y desatar un implacable castigo para los que además tienen el pecado capital de apoyar a Miguel Jurado Prieto en su intento por sucederlo en la alcaldía.

CACERIA. - El primer disparo fue directo a la guarida misma de los del emblema del león. El drive inn la cabaña, propiedad del grupo de “ya nomás otro…” fue tomado para luego ser sancionado. La provocación era directa, se quería que la sangre llegara al rio. Ya existen afrentas previas.

HILO. - A punto estuvo de concretarse el objetivo; Jurado Prieto logro ser contenido. Lo mantuvieron en cautiverio, como león enjaulado. Los excesos de la policía política, léase Desarrollo Urbano de Samuel Portillo, cobraba otra vendetta en aras de la complacencia del jefe de la cofradía.

DOS. - En el segundo sitio de visita, ahí sí, la vergüenza se ocultó en la curva que está antes de llegar al restaurant Mr. Chao. Las camisetas de los propietarios llevan el león tatuado. En consecuencia, la revisión fue exhaustiva, implacable, pese a ello estuvo a punto de naufragar.

REQUISITOS. - Los propietarios sabían que eso y más enfrentarían por su apuesta en favor de un cambio. El negocio tenía todo lo que les pedían, hasta camisas extras de Miguel Jurado, por si alguno de los inspectores quisiera una para souvenir. Algunos se aguantaron las ganas, saben que el imperio se derrumba, pero iban custodiados. ¡todo estaba en regla! No había ni que decir y nada porque multar.

PRETEXTO. - De repente, ya para dar franca retirada. ¡la salvación! un pretexto que les evitaría la reprimenda. La puerta de acceso no tenía inscrita la capacidad de aforo. ¡pecado mortal! ¡¡¡A la hoguera de la tesorería!!! Y sin juicio previo menos aun defensa, para apunto la condena.

LANA. - Antes hicieron cálculos escrupulosos para saber, cuál sería la pena máxima que podían aplicarles, ¿la cárcel?,¡¡¡ no llega a eso, no se opusieron a nada!!! ¿el cierre? ¡¡¡Seria un abuso mayor de autoridad! Bueno que quede en ¡32 mil pesos! Por aquello de que no se les olvide que deben avisar a sus clientes, cuantos caben en el changarro. Igual que lo tienen, ¿todos los negocios del pueblo?

BLINDADOS. - El dispositivo que se montó para la multa fue impresionante, solo les falto llevar al perico que tienen en casa para que los asesore. Era como una sanción a la carta. Al frente iba seguridad pública, para abrir embocadura, luego como botana la inspección de alcoholes, seguido del platillo fuerte; desarrollo urbano y su policía política y como postre; protección civil y el colmo fue que de refuerzo llego ¡medico en tu casa!

RISA. - No es broma. En el operativo iba una unidad de médico en tu casa, esas que se compraron para dar auxilio a la gente en tiempos de pandemia. Ese noble programa fue condenado a esa ingrata tarea de repudio. Quizá se incluyó por aquello de que alguien sufriera algún malestar a causa de los abusos de poder del independiente o a lo mejor llevaban la cura milagrosa del covid, que aliviana en una semana o que baja el susto de UIF. ¡lo más seguro es que quien sabe para qué iban, pero allí estaban!

ACOSO. - La persecución no paro el fin de semana, continuo ayer, luego de que un grupo de cándidos cantineros y operadores de bares fueron a pedir explicaciones del porque se había hecho la extorción de exigir el permiso de uso suelo y carta de buen funcionamiento, cuando ya se había acordado en la tesorería que habría gracia en atención a los estragos económicos de la pandemia.