Alianza política PAN-PRI, el bloque de la derecha
17 de agosto de 2021
Erik Jurado
Regidor del ayuntamiento en Hgo. del Parral
Es difícil y tal vez poco apropiado en política supeditar la actividad y la visión a conceptos tan generales como la izquierda o la derecha, pero resulta práctico si se usa con sus acotaciones. Sobre todo son conceptos que en el empobrecido contexto conceptual en el que vivimos son más asimilables.
Con toda soltura podemos decir que en México hemos tenido gobernantes de izquierda y derecha, es falso que López sea el primero en gobernar desde la izquierda, sobre todo si consideramos las políticas sociales y no sólo las económicas. Lo que si es cierto es que se ha ido consolidando a nivel mundial una visión de derecha en la que México se había venido envolviendo.
El ascenso de López trajo consigo varias acciones que se identifican con el pensamiento de izquierda latinoamericano, pero sobre todo con una franca oposición a los gobiernos inmediatamente anteriores, sobre todo al de Calderón.
MORENA ha demostrado superioridad política en términos electorales por encima de los otros partidos políticos, y aunque pareciera que es el partido de izquierda y poco a poco no el del presidente, eso ha forzado a las fuerzas políticas históricamente antagónicas a buscar la unión de fuerzas.
Aunque con la alianza PRI- PAN se solidifica el discurso presidencial de un manejo sectario del poder en México, también se busca concretar un bloque que gane espacio en el 24 al muy avanzado armado del proyecto de izquierda.
Este bloque enfrentará dos grandes problemas fundamentales, el primero trazar la ruta política para generar un cambio que convenza al elector, aun cuando el sistema ya es conocido por todos y el segundo lograr equilibrar los intereses políticos y la escaza formación ideológica que aún queda.
No hay claridad sobre las líneas de pensamiento y discurso que fundamentan la existencia de este bloque opositor, pues el objetivo de ganarle a MORENA a los ojos de los ciudadanos no parece del todo convincente, ¿ganarle para qué? para salir de la pobreza, ¿la pobreza histórica que nunca se redujo pero ahora ha venido creciendo? Parece que no convence del todo.
Y en segundo ¿serán manejables lo intereses de los representantes de las grandes cúpulas de ambos partidos? Serán capaces de respetar a cuerdos y buscar el escenario de mayor conveniencia no solo para las cúpulas partidistas, sino para la ciudadanía en general.
Será interesante ver como sucede este experimento social de dos partidos antagónicos históricamente hablando (aunque no ideológicamente), trabajando a la par. Buscando construir un proyecto desde el consenso, y lo importante será en que realmente se concrete una visión bien articulada y que le ofrezca algo novedoso al elector, de lo contrario sólo se perderán las siglas de ambos partidos y cosmovisión y postura política.