Leonardo, más allá del Código da Vinci
8 de octubre de 2022
Jesús M. Esparza Flores
De músico, poeta y loco…
Había una vez, hombres y mujeres que dejaron huella imborrable en la historia, se les conoce como prohombres, sí, ya sé que van a intentar corregirme la expresión y deslizar que hay una discriminación en la mera expresión. No, no es así, somos Homo sapiens, desde el punto de vista biológico, correspondiente a una sola especie animal, también llamada hombre o especie humana. Homo, género de primates homínidos de la tribu Hominini, al que pertenece la especie humana. La condición humana, desde el punto de vista filosófico y humanístico. Somos pues, un ser vivo que tiene capacidad para razonar, hablar y fabricar objetos que le son útiles; desde el punto de vista zoológico, un animal mamífero del orden de los primates, suborden de los antropoides, género Homo y especie Homo sapiens y como tal, se divide en hembra y macho.
Hecha esta acotación, escribiré sobre algunos de los prohombres, aquellos hombres de personalidad muy destacada, respetados por sus cualidades y disfrutan de especial consideración. Inicio en este artículo, con mi lista de los que más admiro y reconozco, en orden de admiración y reconocimiento:
Leonardo da Vinci (1452-1519). Para mí, es el hombre más destacado de la historia mundial. Polímata (personas multipotenciales, que cuentan con diversos talentos, siempre interesadas en adquirir nuevos conocimientos y, además, tienen una capacidad innata para acercarse a diversas áreas de conocimiento), es considerado el paradigma del homo universalis, del sabio renacentista versado en todos los ámbitos del conocimiento humano, incursionó en campos tan variados como la aerodinámica, la hidráulica, la anatomía, la botánica, la pintura, la escultura y la arquitectura, entre otros. Sus investigaciones científicas fueron, en gran medida, olvidadas y minusvaloradas por sus contemporáneos; en cambio, su producción pictórica, fue de inmediato reconocida como la de un maestro capaz de materializar el ideal de belleza en obras de turbadora sugestión y delicada poesía.
Como se detalla en biografíasyvidas.com, en el plano artístico, Leonardo conforma, junto con Miguel Ángel y Rafael, la tríada de los grandes maestros del Cinquecento (años mil quinientos, en italiano, período dentro del arte europeo, correspondiente al siglo XVI, y, pese a la parquedad de su obra, la historia de la pintura lo cuenta entre sus mayores genios). Es posible que, de la poderosa fascinación que suscitan sus obras maestras (con La Gioconda a la cabeza), proceda aquella otra fascinación en torno a su figura, que no ha cesado de crecer con los siglos, alimentada por los múltiples enigmas que envuelven su biografía, algunos de ellos triviales, como su escritura de derecha a izquierda, y otros ciertamente inquietantes, como aquellas visionarias invenciones y bocetos, cinco siglos adelantados a su tiempo: vehículo blindado; batería de 33 cañones distribuidos en tres filas de once, que permitía a unos disparar mientras los anteriores se enfriaban y los siguientes eran recargados; grúa giratoria; draga para retirar el fango de los canales; caja de velocidades con engranajes de distintos tamaños, fue el primer cambio de marchas de la historia; hélice o tornillo aéreo, considerado el primer prototipo de helicóptero de la historia; equipo de buceo; paracaídas; relojes, etc.
Estimulado por la dramática peste que asoló Milán y, cuya causa veía Leonardo en el hacinamiento y suciedad de la ciudad, proyectó espaciosas villas, hizo planos para canalizaciones de ríos e ingeniosos sistemas de defensa ante la artillería enemiga.
Proyectó una cantidad de artefactos cuya realización concreta no se haría sino, en muchos casos, hasta los siglos XIX o XX: desde una especia de submarino individual, con un tubo de cuero para tomar aire destinado a unos soldados que, armados con taladro, atacarían a las embarcaciones por debajo, hasta grandes piezas de artillería con proyectiles de acción retardada y barcos con doble pared para resistir las embestidas.
El interés de Leonardo por los estudios científicos era cada vez más intenso. Asistía a disecciones de cadáveres, sobre los que confeccionaba dibujos para describir la estructura y funcionamiento del cuerpo humano, lo que le valió la persecución de la iglesa; al mismo tiempo hacía sistemáticas observaciones del vuelo de los pájaros (sobre los que planeaba escribir un tratado), con la convicción de que también el hombre podría volar si llegaba a conocer las leyes de la resistencia del aire (algunos apuntes de este período se han visto como claros precursores del moderno helicóptero).
El ideal leonardesco de la “percepción cosmológica” se manifestaba en múltiples ramas: escribía sobre matemáticas, óptica, mecánica, geología, botánica; su búsqueda tendía hacia el encuentro de leyes, funciones y armonías compatibles para todas estas disciplinas.
En 1516, Leonardo dejó Italia definitivamente para pasar los tres últimos años de su vida en el palacio de Cloux, como primer pintor, arquitecto y mecánico del rey Francisco I de Francia. A partir de 1517 su salud, hasta entonces inquebrantable, comenzó a desmejorar. Su brazo derecho quedó paralizado; pero, con su incansable mano izquierda, Leonardo aún hizo bocetos de proyectos urbanísticos, de drenajes de ríos y hasta decorados para las fiestas palaciegas. Convertida en una especie de museo, su casa de Amboise estaba repleta de los papeles y apuntes que contenían las ideas de este hombre excepcional, muchas de las cuales deberían esperar siglos para demostrar su factibilidad y aun su necesidad; llegó incluso, en esta época, a concebir la idea de hacer casas prefabricadas.
El 2 de mayo de 1519 muere en Cloux, Francia, dejando un legado inmenso, entre otros, el retrato de Mona (abreviatura de Madonna) Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo, razón por la que el cuadro es conocido como La Mona Lisa o La Gioconda. Una de las paradas obligatorias durante una visita por París, Francia, es sin duda el Museo del Louvre, específicamente, para disfrutar en vivo esta magnífica obra.
Aunque parezca increíble, la Mona Lisa ha sido víctima de diversos atentados a lo largo de la historia, lo cual ha puesto en riesgo una pieza verdaderamente invaluable para la humanidad, pero ¿se imaginan cuánto cuesta esta pintura? La obra fue declarada por la UNESCO como parte del valor material intangible de la humanidad. Por lo tanto, la pintura no tiene un valor calculable; esto significa, que no existe una cifra para saber cuánto vale esta obra, no se puede comprar ni vender, debido a lo que representa para la historia del arte. Pese a ser un valor material intangible de la humanidad, expertos han calculado que si la obra pudiera venderse, tendría un valor aproximado de $713 millones de dólares, pero hay quienes dicen que pudiera valer entre mil y cinco mil millones de dólares...
Por último, me ocupo de la Última Cena, la cual es una fascinante pintura mural ejecutada por Da Vinci entre 1495 y 1498. Se encuentra en la pared sobre la que se pintó originalmente, en el refectorio del convento dominico de Santa Maria delle Grazie, en Milán, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, la cual inspiró el papel de María Magdalena en el libro y en la película El Código Da Vinci, desatando una polémica con la Iglesia católica debido a algunas controvertidas interpretaciones de la historia del cristianismo, tanto fue así, que algunos obispos aconsejaron a los católicos no ver la película.
Hace un par de años vi la serie los Demonios de da Vinci… ampliamente la recomiendo.
Frase recomendada de la semana: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”. Aunque esta cita se atribuye frecuentemente a Einstein, no existen pruebas de que sea suya.
Cantante recomendado de la semana: Luis Eduardo Aute (1943-2020) fue un músico, cineasta, escultor, pintor y poeta español. Aunque fue principalmente conocido como cantautor, también destacó como pintor y como director de cine. Hablaba español, inglés, catalán, francés e italiano.
Si yo hubiera sido cantautor, me inspiraría en él. Mis canciones favoritas: Al Alba, Sin Tu Latido, Slowly, Las Cuatro y Diez, Una de Dos, Quiéreme, La Belleza y Anda.
Canción recomendada de la semana: “No me sé rajar” interpretada por Vicente Fernández, la cual refleja el carácter, la decisión y la personalidad de la cual solamente estamos hechos unos pocos, tal cual lo dice la letra de la canción: “A mí no me asustan tipos lenguas larga, que solo presumen para apantallar, yo soy de los hombres que no temen nada, y aunque esté perdido… no me sé rajar.” Como dijo el filósofo de Güemez: “El que entendió, entendió y el que no… pos no.”
Por hoy es todo. Pues me voy…
Posdata: No se aceptan críticas, porque ¿saben ustedes cual es la diferencia entre una crítica positiva y la negativa? Pues, la positiva es toda la que yo hago y, la negativa es… ¡toda aquella que me hacen a mí!