Erik Jurado

La formación en ciencia es un tema de políticas públicas y progreso social. La formación científica asegura a la sociedad la objetividad y profesionalismo, además de progreso en el terreno del conocimiento y los campos de tecnología y educación.

Lo cierto es que vivimos en un país donde no hay formación científica ni inversión en el desarrollo científico ni tecnológico. Nuestra educación básica no está lista para formar en ciencias, somos ajenos a los espacios de aprendizaje en ciencia básica. Nuestras escuelas no cuentan con laboratorios ni materiales para la enseñanza de la ciencia, las universidades con generalidad operan en un esquema escolar y no de desarrollo académico.

Si deseamos cambiar esa condición es necesario dirigir acciones en varios ejes:

a)  Educación básica en ciencia básica. Es importante que el gobierno y la sociedad civil organizada comience a vigilar el equipamiento escolar para el trabajo y aprendizaje de la ciencia básica, pero también habilitar instructores formados en ciencia, ya esto es un reto enorme por que se hablar de inversiones de millones de pesos en equipamiento y otros tantos millones en contratación de perfiles formados en ciencia para transmitir la ciencia básica.

b)  Mejorar la relación de las universidades con el contexto productivo. Existe un divorcio de las universidades mexicanas con el campo productivo, obsérvese con cuidado la situación de la localidad y se concluirá que las universidades caminan de forma paralela a las empresas locales y no existe una verdadera conexión, en esa condición entonces las universidades no reciben otro financiamiento más que el proveniente del gobierno, eso genera una condición de servidumbre de la universidad para con el gobierno y una desconexión con la productividad.

c)  Mayor inversión en la formación de perfiles especializados. Es de suma importancia invertir más en el capital humano, en la formación de perfiles más especializados y promover el intercambio de investigadores con otros países, pues es importante la ruptura de las barreras entre los investigadores locales y los de otras latitudes.

d)  La inversión en el desarrollo tecnológicos, cuando los países se apuestan en el desarrollo de nuevas tecnologías involucran a los investigadores y las universidades en la generación de nuevo conocimiento y se desencadena una dinámica de investigación y competencia.

Sin duda el desarrollo científico implica el desarrollo humano y económico de una región, y con seguridad la calidad de vida, es por ello de prístina importancia apostarse en el desarrollo de estas áreas.