Melecio Corral Solis

¡Solo las ruinas quedan! Gruesas paredes de piedra que se pierden lentamente en la  naturaleza verde, paredes de fuertes cimientos construidas hace muchos años por manos de arquitectos Mexicanos, paredes que amenazan con desaparecer llevándose un trozo valioso de  historia de nuestro Estado Grande, paredes que fueron parte de las Haciendas de Beneficio construidas a finales del siglo XVIII y Principios del XIX también conocidas como ingenios o fábricas. 

Hace muchos los Yacimientos de oro y plata se multiplicaban por toda la Sierra, las piedras que contenían el codiciado metal eran extraídas de las entrañas del subsuelo, pero había que separarlos del  plomo y de otros metales  para su beneficio y poder comerciarlo y esa la la función de estás Haciendas una de las principales fuentes económicas de aquellos tiempos.

Allá por el año de 1836 se construyó La Hacienda " El Salto" mejor conocida por los GuadalupeCalvenses como "La Muralla"  sobre las márgenes del mismo arroyo de Guadalupe y Calvo la cuál era  Administrada por el inglés  Mr Mackintoch. Este ingenio  aprovechaba la energía hidráulica con el sistema de descargue y tenía dos Canceles: Uno movía  diez y nueve tahunas y un mortero y el otro daba movimiento a las tablillas. Fue aquí donde por primera vez en el Estado se aplicó el sulfato de cobre  como producto secundario  para el apartado de los metales preciosos así como la pella de cobre.

Así como la Hacienda "El Salto" Hubo muchas más el municipio donde aún perduran vestigios de ellas. Haciendas que desaparecen entre el polvo, el olvido y  llevándose un trozo valioso de historia. Haciendas que impulsaron en su tiempo el desarrollo económico de nuestro bello municipio, que fueron desapareciendo con la llegada del molino metálico.

!Hoy solo quedan ruinas! Y antes de perecer, en su último aliento reclaman su valor en la historia de un pueblo bello que se perfila al progreso llamado Guadalupe y Calvo.

Fuente informática: Libro Guadalupe y Calvo de Francisco R. Almada