No nos gusta pensar.
15 de noviembre de 2022

Irvin Omaet Alemán Hernández.

“No te pongas en el lado malo de un argumento simplemente porque tu oponente se ha puesto en el lado correcto.” Baltasar Gracián. Es muy sonado en mi país que hay varias cosas de las que no se puede hablar si quieres mantener una convivencia sana: Política, religión, sexo, football, etc. Bueno esto me parece una sandez, para mi no existe tema tabú, tema alguno del que no se pueda hablar, de hecho nuestro problema es todo lo contrario, no radica en nuestra habla sino en nuestra escucha. Hoy en día somos pésimos escuchando, nos encanta oírnos hablar a nosotros mismos pero detestamos que otra persona trate de educarnos. Los temas en los que más he visto que esto sucede son la religión y la política, si usted se pone a analizar un poco su entorno, podrá descubrir que la mayoría de la gente en nuestro país, aunque se haga llamar católica, sabe muy poco acerca de “su religión”, no la cuestiona. Y también notará que a pesar de que durante época de elecciones todos se vuelven “conocedores” y le dicen por quién debería y por quién no debería de votar, el resto del sexenio solamente se interesan por la política cuando pueden criticar al político por el que no votaron. Entre menos se dedique usted a cuestionar aquellas cosas que cree, más probable es que caiga en esta conducta de querer educar a todos y detestar que le traten de hacer lo mismo Yo opino que esto es causa y consecuencia de un problema gravísimo que como sociedad nos afecta, NO NOS GUSTA PENSAR. Analice esto por un instante ¿cuándo fue la última vez que escuchó una opinión, un argumento o una postura que le agrade y se puso a cuestionarla o pensó en la posibilidad de que ésta fuera incorrecta? Para muchos de nosotros es difícil cuestionar algo que nos gusta, es el sesgo de confirmación, adoramos creer que tenemos la razón y detestamos la posibilidad de estar equivocados. Pero esto es un error garrafal, pensar que estamos siempre en lo correcto es una manera perfecta de volverse idiota, cerrarse al conocimiento nuevo, en cualquier aspecto de la vida, será su ruina tarde o temprano. Piense por un momento en su mejor amistad, en esa persona con la que siempre cuenta, no en aquella persona con la que más sale o con la que habla todo el tiempo, sino con la que habla con sinceridad. La mayoría notará que con esta persona no existen temas de los que no se puedan hablar, notará que aunque no estén de acuerdo en algunos casos, usted respeta la postura de la otra persona o como mínimo la tolera. Me pasa a mí, mi mejor amigo es una persona completamente diferente a mí, sus gustos musicales son distintos, su forma de pasar el tiempo también, los gustos en automóviles, en mujeres, nuestra forma de ver las relaciones, nuestra manera de resolver problemas; todas son distintas. Y entonces ¿cómo es que él es mi mejor amigo? Bueno, esto sucede porque a pesar de ser tan diferentes, nunca hemos tratado de cambiar la forma de ser del otro, es en esa variedad que se esconde nuestra fortaleza colectiva; no es por presumir pero no hay mejor equipo sobre la Tierra que mi amigo y yo, son nuestras diferencias lo que nos permite salir de situaciones difíciles pero sobre todo, la humildad de aceptar cuando el otro tiene un mejor argumento, mayor destreza en cuanto a algún tema o simplemente cuando su idea parece más sensata que la propia, él no trata de cambiar mi forma de pensar ni yo la suya, pero al aceptar que su punto de vista es igual o hasta más válido que el mío en ciertas situaciones nos ayuda a ambos a crecer. Mi recomendación entonces es que se desafíe a enfrentarse a ideas contrarias a las suyas, analícelas y trate genuina mente de encontrar un argumento a favor de ellas, haga lo contrario con las ideas que le gusten, busque los errores en ella, porque una vez que limpie las impurezas de su forma de pensar y agregue conceptos con los que originalmente difería, su conocimiento será mucho más rico y su pensamiento poco a poco será crítico. Dijo el monje budista Thich Nhat Hanh "No seas idólatra ni te ates a una doctrina, teoría ni ideología, ni siquiera las budistas. Todos los sistemas de pensamiento son guías, no son la verdad absoluta". Ojo que Thich Nhat Hanh nos dice que ni siquiera su escuela de pensamiento es "la correcta" porque no existe tal cosa, no hay verdades absolutas, ni la derecha ni la izquierda tienen la verdad, ni los religiosos o los ateos, ni los unos o los otros. Pero estoy seguro de que entre todas esas ideas, en algún punto entre todos esos argumentos, hay algo muy parecido a la verdad; queda a decisión de cada quien si quiere buscarla o solo seguir a quien dijo ya haberla encontrado así y dejar de pensar

La Expresión Continúa...

