Erik Jurado

En psicología se denominan puntos ciegos a los sesgos cognitivos que establece un individuo al creer que observa un fenómeno con objetividad, sin comprender que existe ya una tendencia en su percepción y por ende en la forma de entender la situación y responder a ella.

Sin duda todas las personas generan sesgos en su percepción de los fenómenos y las situaciones que se presentan en la vida. La educación, los gustos, las creencias previas, valores y vínculos sociales establecen pre disposiciones a ciertos tópicos, y con ello la construcción de puntos ciegos.

La creación de puntos ciegos es un fenómeno frecuente y en ocasiones estos sesgos crean problemas a las personas, a tal grado de necesitar apoyo especial para poder siquiera entender que esa tendencia existe.

El terreno político no es la excepción, pues los individuos generan una gran cantidad de puntos ciegos, para sostener cualquier ideología o postura. Las personas tratan de sostener ideas, proyectos o doctrinas, y aprenden a discriminar información o re interpretarla bajo el sesgo sostenido. Se busca evitar las disonancias (otro fenómeno psicológico), mediante la selección de información que concuerda con la postura sostenida o defendida.

Los fanatismos son expresiones radicales en la construcción de sesgos, y en política muy frecuentes, cuando la persona es incapaz de ver el error, los justifica y defiende ha dejado de buscar lo que la política debe buscar, la paz, armonía y desarrollo social, para sostener un sistema que tiene que ver con el sistema mismo.

Cada vez es más frecuente y más dañino se ha vuelto la ceguera política, a veces por conveniencia, otras por dogmatismo. Vemos como en días pasados el presidente AMLO ha provocado todo un suceso desafortunado al realizar un comunicado de orden internacional en un acto de impulso y durante en un viaje, sin mayor análisis que el suyo propio y el de su jefe de comunicación. Un documento que debió ser revisado por buena parte de su gabinete e incluso el senado, pero no es ese aspecto el objeto de mi análisis, sino la forma como los partidarios de ese proyecto, el de MORENA insertan una serie de sesgos que deberían ser desmantelados para el flujo de una vida pública más democrática y dialógica, en el tenor y en sustitución de una defensa patológica hacia lo indefendible.

La política de altura no se construye donde no se acepta el error y donde no se es capaz de entender la alteridad y la existencia de otras posturas, donde el apoyo al líder es ciego, donde se trata de defenderlo todo y no se puede ser auto crítico. El país no generará avance real, mientras la política no deje de ser ciega y la fortaleza de las posiciones políticas no se fundamente en la exploración de otras versiones que no son la mía propia. En resumen la política generará mayores dividendos en la medida que aclaremos los puntos ciegos.