Erik Jurado

Sin duda la vida humana, así como el universo se rige por leyes inmutables y ciclos permanentes. Cada cierto tiempo nuestro cuerpo se renueva, nuestras relaciones cambian y nuestro pensamiento madura. Con cada Diciembre y cada cierre de año se acercan fechas de cambio, de renovación, una nueva oportunidad de inicio.

Navidad, y el año nuevo son tiempos con una gran carga cultural y espiritual. Tiempos en los que las personas entran en un estado profundo de reflexión y contacto con sus emociones y sus seres amados.

Son también, las fechas perfectas para trazar metas, evaluar el camino andado y replantear objetivos o re dirigir el rumbo.

Cada año se estrena una oportunidad más. En ese ánimo, cada persona deberá buscar aquello que le haga feliz, construir el perdón hacia las fallas cometidas o promover cambios alentadores para la vida.

Sin duda son tiempos de renovación, son tiempos de cambio y de construcción. Es importante promover que el ánimo y las metas perduren a lo largo del año, para renovarse una vez más al siguiente ciclo.

La renovación sin duda debe estar enfocada a tres tiempos, una visión clara del pasado, para comprender de donde se viene y cuáles fueron los fallos en ese camino. Comprender verdaderamente el origen es entender al mismo tiempo el momento actual, y con ello darle la justa medida.

El segundo tiempo es la meditación sobre lo que sucede en el momento, en nuestro presente, entender el presente es una tarea muy complicada, y pocos lo hacen, la gente con regularidad esta atrapada en el pasado o soñando con el futuro, pero difícilmente entienden a cabalidad el presente, esto es de suma importancia, pues sólo quien entiende y acepta el presente es capaz de plantear metas realistas y posibles.

El último de los momentos es el futuro, ahí se deposita el fin y el objetivo, quien es capaz de avizorar el futuro posible podrá renovarse.

Las personas que son incapaces de valorar correctamente esos tres tiempos estarán destinados a no conseguir lo que buscan, por excesiva frustración o ensoñación. Este nuevo año tenemos una nueva oportunidad, la oportunidad de entendernos y con ello renovarnos, re construirnos y seguir en el camino de la vida y el desarrollo.

Les deseo amigos lectores, que estos sean tiempo de bonanza y que juntos construyamos un mejor entorno para vivir.