TRAGEDIA. – Los parralenses pasamos por uno de los momentos históricos de mayor atraso en la atención médica, se avanza en la ciencia y la tecnología y se retrocede en la calidad y ética del servicio personal. Las fuerzas vivas de la comunidad ¡parecen haber fallecido! Y los cuerpos directivos de los hospitales están arrinconados, acobardados, ¡no son capaces de cumplir con su deber! El hospital general no es el único caso de detrimento hospitalario, el IMSS cuenta también su propia historia, donde avanza la permisividad, el atraco y el negocio de la salud a costo de menospreciar la vida y la salud de los pacientes.

IMSS. - El hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social no esta exentó de ese cáncer de corrupción e ineficiencia, tambaleante, está a la deriva y bajo una dirección tibia donde se ensañan con el paciente y se acobardan con las mafias creadas al interior, sin duda, los espacios de poder no pueden permanecer vacíos.

DIRECTIVOS. - Para los directivos del hospital del “seguro” no era un secreto que, durante los últimos años, la atención de los derechohabientes se venía tasando en pesos y centavos, convirtiendo la eficiencia y buena atención en un privilegio para quienes podían pagar los servicios en un ¡hospital público!

AUSENCIA. – En el listado de irregularidades se enumeran también a aquellos empleados de privilegio, esos que obtuvieron una plaza en propiedad y luego ¡la rentan, usufructúan con el servicio público! No se presentan a laborar, pagan para que los suplan, al fin que ¡no pasa nada!

TRAFICO. – A las autoridades hospitalarias que son sordas, ciegas y mudas, no les llamó la atención que el medicamento nunca alcance y si en cambio que en las calles se expenda ilícitamente el controlado y las cajas de otras drogas ¿Quién las saca de su resguardo? Los últimos sospechosos en la investigación serán los pacientes, porque para ellos no siempre hay.

HOSPITAL. - Se trata entonces de una situación irregular de igual o mayores dimensiones a la que se presenta en el hospital general, igual que en este último, la casta privilegiada es la de los empleados, los sindicalizados se ven beneficiados con los recursos destinados al paciente, porque es el último eslabón dentro de la cadena de depredación, aunque el primero en derechos.

PATENTE. - Tener una plaza en el IMSS y otros hospitales públicos es como ser parte de la realeza, las contrataciones se hacen bajo la arcaica política de la línea “dinástica” es decir, ¡solos los genes de los adscritos al sindicato son aptos para el servicio médico! ¡esta políticamente probado que solo contratan parientes! ¡científicamente hay otros datos! Socialmente es una aberración que se tolere aun en tiempos de López Obrador, en el servicio público, todos los mexicanos pueden colaborar.

NOVENTA. - Las intervenciones quirúrgicas de pago por evento han manchado el prestigio que aun le quedaba a la institución, se llevaron en medio a aquellos verdaderos profesionales de la medicina que se esfuerzan a diario. Con el estridente caso de corrupción señalado la semana pasada se taso el racero en el que se mide impunemente a todos.

MEDICO. – El señalado de hacer prácticas médicas privadas en una institución publica se le conoce como “el doctor noventa” sus extorciones quirúrgicas, perdón, intervenciones, siempre se tasan a partir de noventa mil pesos, es del área de traumatología, la situación se vive de meses y años atrás, hasta que la semana pasada un derechohabiente se decidido a decir lo que la cobardía de la dirección no se atrevido a sancionar.

CULPA. - El medico en cuestión aprovechó la mala fama del seguro social, donde nunca hay nada, en medio de la desesperación y tragedia emocional por la que pasa el paciente y su familia, le oferta una solución, ¡el IMSS no tiene prótesis ni medicamentos, pero yo sí! Todo por la módica cuota de 90 mil pesos en adelante, además el acceso al quirófano y atención especial esta garantizado, ¡un negocio dentro de un hospital privado!

NUMERO. - ¿será que el caso del “doctor noventa” es un hecho aislado y único o una practica común? El cuerpo de gobierno de la institución tiene la ultima palabra, si es que para estos momentos ya se les paso el susto.

PANDEMIA. - La pandemia ha traído como resultado que, en instituciones públicas, como la del hospital del IMSS local se constituyan directivos con calidad de reyezuelos, que tienen como súbditos a los empleados de seguridad que hacen las veces de filtro para evitar que los derechohabientes suban hasta el área directiva.

HERENCIA. - Se trata de una herencia de la pandemia, cuando por causas de seguridad sanitaria se tomaron esas medidas, hoy la alerta ha terminado y esos cuerpos de seguridad son utilizados en favor de los directivos, para restringir la atención y ¡para perseguir al derechohabiente!

CASOS. - Solo los autorizados pueden llegar hasta los mandos de la dirección del hospital, han creado una burbuja. Cualquier delegado estatal del IMSS que se precie de serlo y teniendo dos dedos de frente puede darse cuenta que hay muchas cosas mal en esta clínica, además del abandono de la infraestructura. Que no exista ningún antecedente de que las intervenciones quirúrgicas se cobren en un hospital público, tiene solamente dos respuestas; un directivo acobardado que se convierte en cómplice de las irregularidades que pasan bajo sus narices y áreas de jurisdicción. ¿entonces quien tiene el mando?

POSICIONAMIENTO. - Hasta ahora la delegación estatal del IMSS solo ha salido a decir que no se tolerara la corrupción, ¿más? Ya solo falta que hipotequen el edificio y empeñen las ambulancias.

AUSENTES. - ¿Dónde estaban los directivos cuando durante meses y años atrás se vienen haciendo estas prácticas médicas?, ¿De qué sirve un cuerpo de gobierno de un hospital que tolera que el personal no asista a trabajar sin el menor problema? que no audite el flujo de medicamento y que su distancia de las causas del paciente sea tal, ¡que no se apiade de las necesidades de los enfermos!

CULPA. - En esta situación, la culpa no solo es de los inmediatos que la provocaron y la solaparon, también la comunidad tiene su parte de responsabilidad, desde el momento que se amedrenta y no exige sus derechos cuando es menospreciado por un empleado que le escatima el servicio cuando el primer derecho no es el laboral, sino el del servicio para los abonados que pagan generosas cuotas obrero patronales.