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Lo que no se dice...

21 de julio de 2022
Lo que no se dice...
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DESIGUALDAD. - A quién sirve más la foto de un alma caritativa que da de comer a los que menos tiene ¿para los que reciben la dadiva del alimento o para quien bajo la ventaja del poder y al amparo de unas siglas regrese un poco de lo que les ha despojado?

RELLENO. - Así inicia la historia de los pepenadores de la miseria. Los que hacen de los desechos de los demás una forma de vida, el ultimo eslabón de la cadena de consumo, ¡hasta en ello hay cacicazgos!

HISTORIA. - Esta es la historia de las familias que se dedican a la pepena, para quienes de la noche a la mañana los ingresos de por si decadentes, les mermaron, se disminuyeron en más de un 50 por ciento, un asalto en despoblado.

CONSECIONES. - La alcaldía de Parral, se convierte en cómplice de los excesos de la empresa concesionada para esa tarea, no hay quien defienda los derechos de esos jornaleros.

BASURA. - En este contexto es fácil que los trabajadores, la mayoría residentes de San Andrés y de la Colonia Che Guevara pueden afirmar con pruebas que estaban mejor cuando decían que iban peor. ¡que caraja es la política y más los usufructuarios de la pobreza y la ignorancia!

SECUESTRO. – Con la incorporación en el relleno sanitario, los pobres se hicieron mas pobres y los concesionarios engrosaron más su cartera con el ingreso que cooptaron a los pepenadores, se convirtieron de la noche a la mañana en viles intermediarios.

PRECIOS. - El precio de la pepena se paga a la mitad del precio del mercado. No hay ninguna ventaja para los que menos tienen. Siguen corriendo los riesgos sanitarios de la miseria, pero ahora peor pagados. Antes podían vender el cobre, plástico, aluminio, etc., al mejor postor, ¡al que mejor pagara! Hoy el monopolio de la concesión fija el precio.

FE. – Además la colecta se mide en peso y es aquí donde se da el mayor acto de fe, ¡creer en lo que marcan las basculas! nadie puede cuestionar el peso, es absoluto e imponente.

DESCONFIANZA. - Los pepenadores no son los únicos que tienen desconfianza, esta es mutua, al final de su jornada, los concesionarios de la basura ordenan que los jornaleros sean revisados exhaustivamente y con ello evitar que puedan sacar ¿algo? Que ironía, cuando lo único que se pueden llevar es la miseria que les obsequian con esas condiciones desventajosas.

Telcel e Instituto

FUERA. - Los dueños de la concesión son muy conocidos, aunque legalmente su sede está en Guadalajara, en esa la misma ciudad en donde se fabrican los uniformes escolares para el municipio, por cierto, de pésima calidad. Por momentos hace pensar que se trata del mismo negocio familiar.

TIEMPO. – Parral sin duda es maravilloso, es el único lugar donde un golpeador de periodistas puede ser el agresor de su víctima y al mismo tiempo aparecer como el redentor caritativo que le otorga un donativo para curar las lesiones.

HAMBRE. – Igual, los desposeídos de la sociedad se hunden cada día con los precios de miseria en que tasan su esfuerzo de la pepena. Cuanto más pobres están, los perfilan con más intención para la fotografía del lucro social. Hacer campaña apareciendo como el alma salvadora por un día, es un acto vil puesto que en el fondo solo le esta devolviendo un día, lo mucho que los han saqueado todo el año.

COMPROMISO. - Si en verdad los regidores y la autoridad municipal tiene un sentido social de la realidad que provoca el mismo ayuntamiento del que son parte, tienen la obligación de dar voz a los sin voz y revisar los términos del contrato, darle una husmeada a la pesa, no vaya a ser que al igual que en las elecciones, ¡encuentren los dados cargados!

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