Sota, Caballo y Rey

La mejor lección de humildad de mi vida: infarto agudo al miocardio. Me salvé por la fe y porqué fue muy rápida la atención médica. Dios me da la lección, pero me da más tiempo, aunque me deja claro que mi vida no es mía; sólo el tiempo que me permitirá seguir en este mundo. Ahora reconozco que no pensé en el ejercicio, yo creía que comer sano, estar fuera de los vicios, cuidar la salud y un masaje profundo era tarea suficiente. Mis niveles de colesterol y demás índices estaban en su nivel óptimo; eso no importó, el infarto llegó. Ahora aprendo los ejercicios que deberé hacer por siempre. Y tengo claro que soy vulnerable y me bajaron del avión con un empujón traumático. Ahora se que en cualquier momento se va la vida. Aprender ha resultado bien, creo que estoy listo para ser un mejor ser humano.