Erik Jurado

En escritos anteriores he argumentado la necesidad de los partidos en el sistema democrático de nuestro tiempo, he sostenido que los sistemas de partidos son una evolución democrática que vale la pena cuidar y no desdeñar. Los partidos se deben cuidar, depurar y observar, pues son los filtros institucionales de las democracias y el cuidado de los perfiles en el gobierno.

El PRI como institución tiene varias aristas de análisis. Aun cuando se ha ido construyendo un discurso, obviamente encausado desde el poder, de que es un partido que debe desaparecer, la realidad es que es el partido más refinado de todos y con los elementos más sólidos en nuestro país y en consecuencia se debe conservar y reconfigurar. El PRI ha pasado por una serie de prácticas indefendibles, asuntos para los que no habría argumento, pues han sido prácticas contrarias al interés ciudadano, pero a su vez son experiencias de las que debe venir motivada una metamorfosis institucional.

El PRI, como organización con experiencia y una vasta escuela política, es la única institución que podría retomar el camino del gobierno de alto calado y con visión de Estado. En lo municipal aplica la misma

En lo local, el PRI es un partido que mucho ha aportado y que ha sido arrastrado por la vorágine nacional, pero que sin duda hace unos días se dio un suceso que tiene que ver con el pleno acuerdo y un primer paso solido en la reconfiguración del partido.

Los líderes locales del partido han acordado un proyecto municipal con visión a replantear la política local; esa política extraviada en los deseos pecuniarios de un solo perfil, pero en una visión de construcción de un nuevo escenario.

El PRI de Parral acordó una nueva reconfiguración en los mandos del partido en un ánimo de elevar nuevamente el nivel de política. Un acuerdo de unidad de todos los grupos, pero también en una visión de búsqueda de mejores escenarios.

El PRI rompe en Parral con la inercia partidaria de visualizar las metas como una búsqueda electoral, y sacrifica los intereses personalísimos de todos los interesados en trascender en la vida pública, en pos de un bien mayor, el beneficio de Parral como comunidad y como entorno que requiere resolver varios problemas.

Se ha dado un primer paso, para nada despreciable, pero aún quedan algunos compromisos que solventar;

a) La construcción de una nueva militancia, una con una nueva visión de partido y sociedad.

b) La profesionalización de las estructuras partidarias.

c) La confección de un plan municipal ejercido desde la institución partidaria.

d) La generación de esquemas de formación de nuevos  cuadros políticos.

e) El contacto del partido con las necesidades ciudadanas.

f) Romper con el esquema asistencial.

g) Asegurar condiciones de equidad para la construcción de candidaturas y acceso a las mismas

Creo esos son algunos de los tópicos que deben ser atendidos para volver de nuevo al PRI, esa organización atractiva, que siempre ha sabido como ejercer el poder, pero bajo un esquema tecnocrático y de conocimiento profundo de la política nacional y local.

Será necesario trabajar para que esa sea la línea y visión de la nueva directiva local.