En el gobierno de Parral, los del partido naranja su tumba terminaron de cavar.

El presidente aún estando presente ha dejado claro que del ayuntamiento no es el referente.

La muerte está muy impaciente, pues los de movimiento ciudadano no tienen carácter humano.

La catrina esperaba pacientemente en una esquina, esperando ver alguna irregularidad, cuando de pronto al Caballo vio pasar con mucho seguridad.

La huesuda de quedó con una gran duda, ya que los guaruras eran policías si dudas.

De pronto llegó la oscuridad y la iluminación era deficiente en la ciudad.

Los secretarios en la casa rosada son intolerantes a la crítica brindada.

Denotan poco profesionalismo, ya que con su actuar demuestran mucho cinismo.

Rechazan entrevistas contrarias a su visión, esas que entona la oposición.

La garantía de petición es constantemente negada, no te reciben ni un oficio los hijos de la tostada.

Se ocultan bajo las órdenes del autoritarismo, un diputado barbon que por todos es mal visto.

Le robó una candidatura al Lic Amin Corral, solo para imponer su imperio del mal.

Maquiavélico y sin corazón, la gente lo quiere fuera de la administración y de la función de la legislación.

La catrina los quiere quitar de toda oficina municipal, pero al pueblo de Parral les quiere dejar la oportunidad de votar, recordando que ahí está Amin Corral, del partido revolucionario institucional.