QUIEBRA. - El beisbol de Parral esta en quiebra ¿o defraudación? Eso nunca se sabe, peloteros, administrativos, personal de apoyo y proveedores tienen la palabra, los pasivos se estiman que superan los dos millones de pesos.

MANOSEO. - Históricamente el beisbol, siempre ha estado en números rojos, bueno, a excepción de cuando estuvo Miguel Jurado Prieto al frente, guarda como su prueba y trofeo, los estados financieros del dinero que heredó a quien lo sustituyo en el cargo.

TEMPORADA. - De ahí en fuera las temporadas han sido mejores y peores que aquellas que le tocó encabezar, pero en todas, hasta en las mejores se dicen deficitarias.

NEGOCIO. - El beisbol es entonces el único negocio, que se conoce sobre la faz del estado de Chihuahua que pese a tener permanentes números rojos, genera un perene enfrentamiento por dirigirlo, ¡como si se pelearan por perder dinero! Esto hace sospechar que hay gato encerrado.

ACTUAL. - En la presente temporada del beisbol, regreso Irad Encinas, quería sacarse la espina, de las anteriores donde el equipo se quedaba en el ya merito, pero ¡la espina se clavó más! En lo deportivo no hubo resultados, para los jugadores fueron sin sabores y los directivos están listos para otro cambio. Los administradores locales generaron un divorcio con la afición, en su afán de recuperar dinero de donde sea.

CRISIS. – Y si, efectivamente, los mayores problemas siempre ocurren por el dinero, aquí no fue la excepción, la falta de dinero empezó a hacer merma en el equipo, los retrasos en los pagos y las nóminas eran extraordinarios.

VIATICOS. - El dinero para los jugadores no siempre llegaban, ni siquiera para sus gastos de gira, ellos financiaban en tanto les asignaban el recurso, pero, en algunos casos nunca llegaron los 100 pesos que se asignaba por comida.

HOTELES. - En los hoteles, para compactar el gasto, se acomodaron de 4 por cuarto, obvio, con sus muy evidentes excepciones, había quien seguía manteniendo los privilegios pese a la crisis.

CRISIS. – El acabose llegó en la postemporada, cuando había que enfrentar a Jiménez para seguir en la contienda y recuperarse en la última etapa, pero para entonces el equipo ya estaba diezmado anímicamente, había decepción, desanimo, eran 4 semanas las que se adeudaban y entonces los peloteros foráneos se declararon en huelga, se quedaron en Parral, no había certeza de que sacaran ni siquiera sus gastos.

EMERGENTE. – En el beisbol, cuando el pitcher se cansa, ¡entra el relevo! ¡¡un cerrador para terminar la temporada! El veterano directivo Luis Carlos Parga, quien había antecedido en el cargo a Irad Encinas, salió al quite, buscó a los peloteros que no hicieron el viaje, los convenció, y ¡obvio les pago! Los subió a su camioneta y se los llevó a Jiménez, aun así, la historia no fue grata, los mineros estaban desinflados.

TERMINO. - Tras el término del torneo las deudas se estiman son de más de dos millones de pesos, se cuentan entre los Acreedores, los jugadores, personal de apoyo y proveedores. Todos reciben palabras de aliento y promesas de los encargados locales del beisbol, del comisionado, Irad Encinas, no volvieron a verlo, desde que se inauguró el pasto sintético.

GRUPOS. - En los grupos de WhatsApp la inconformidad se manifiesta, hay decepción, algunas voces ya no se escuchan, pudiera ser a los únicos que, si les han pagado, los demás están a la deriva.

CONCLUSION. - La temporada beisbolera fue mala en lo deportivo, en la infraestructura no es mala, hay dividendos, volvieron a rescatar el estadio, nadie llega para hacerle alguna mejora, todos van con la disposición a sacarle, nadie le invierte para cuando menos dejar el inmueble como estaba.

PEREGRINOS. - El gobierno estatal es el propietario de ese inmueble, debe nombrar un comité que vele por conservar esa infraestructura en buenas condiciones, un grupo que este por encima de los peregrinos directivos, cuyo paso efímero por la directiva beisbolera no deja nada.

SOLO. - Considerar que sea dejado al municipio su manejo, es peor, no le invierten ni siquiera a sus instalaciones, la fama de aspiradora que tienen es tal que, en un descuido, seguro se llevarían hasta el pasto, ¡ya se han dado casos!