GOBIERNO. - El gobierno estatal tiene problemas por culpa de otros y en algunos casos no puede recibir el dinero de las contribuciones vehiculares, porque sus socios, los municipios y especialmente el de Parral ha acomodado una serie de infracciones, muchas de las cuales han resultado ser fantasmas, inventos de una estrategia recaudatoria.

ACUSA. - Dicen que el que acusa, tiene que comprobar. En otras latitudes cuando se aplica una sanción de vialidad, el automovilista firma de recibido. Aquí se retenían documentos, así que las sanciones de aquel tiempo deben sostenerse con esa prueba. En parquímetros se anexaba la fotografía de la infracción para validarla. Pero ahora, sospechosamente, nada de eso se tiene, solo una anotación electrónica de una boleta acusatoria que muestra la desesperación económica de un municipio en quiebra.

MULTAS. - Tras habérseles cerrado la oportunidad de secuestrar los documentos a los automovilistas, ahora la presidencia está cayendo en otros excesos, igual como una práctica recaudatoria que es asimilable a un asalto perpetrados por la clase gobernante.

SUSTENTO. - Cuando regresó el estado de derecho a Parral y se obligó al municipio a respetar la ley para que dejara de cometer los abusos de poder al infraccionar automovilistas y retenerles los documentos, entonces urdieron como recuperar los ingresos que ellos suponían no recaudarían.

HOMOLOGADO. - Al hacerse el convenio entre la presidencia municipal de Parral y la tesorería del estado, esta ultima no supo lo que hacía, mancomunó las deudas legitimas de los contribuyentes estatales a los abusos de la autoridad municipal, ahora muchos propietarios de automotores que tienen la intención de pagarle al estado, no pueden hacerlo por las multas municipales se lo impiden, ademas de injustas son altos los montos, ademas se debe agregar que son inventadas.

CASOS. - Se trata de casos de automovilistas locales, como foráneos. El listado de infracciones falsas se multiplica conforme se acercan a pagar, les aguarda una desagradable sorpresa.

DOS. - Así, de los dos mil pesos que debería entregar a la tesorería del estado por los derechos vehiculares, se le elevaron a mucho más, hasta llegar a 4 o 6 mil pesos más, bajo los cargos de parquímetros cuyo incremento es galopante y acumulativo conforme pasa el tiempo.

ACLARACION. - Cuando el contribuyente acude a la oficina de parquímetros o la de tránsito y buscan en el sistema, resulta que no tienen la placa ni la tarjeta de circulación que lo ampare, en especial en aquellas que datan del año pasado hacia atrás.

SOSTEN. -Como complemento y en signo de buena voluntad el contribuyente pide la fotografía que parquímetros suele tomar a los vehículos sancionados, con la que suelen demostrar que el tiempo se había agotado cuando lo sancionaron, ¡pero tampoco existe!

PUERTAS. - La autoridad se va acorralando con sus mentiras y artificios recaudatorios y recurre al reto memorístico pidiéndole al contribuyente que recuerde las matrículas anteriores, porque seguramente es a las anteriores las que sancionaron.

MUESTRA. - Cuando logra obtener ese dato regresa y resulta que tampoco hay nada en el sistema. El sistema municipal entra en colapso y genera excusas aleatorias como echarle la culpa al propietario anterior, pero, si el vehículo tiene 10 o mas años con el mismo dueño, se mata la posibilidad, pero ahí no terminara el viacrucis, quedara el recurso de decir que quizá se lo prestó a alguien que se estacionó mal y no le aviso.