Crónica:
18 deDiciembre de 2025
La noche en que el Valle volvió a encender su alma
La magica navidad devolvió a la comunidad sus calles, su fiesta y su identidad

Ayer por la tarde, el Valle de Allende dejó atrás su cara triste de color inseguridad y desempolvó sus ropajes festivos de tonos de alegría. No fue un acto oficial ni muchos menos un decreto de la autoridad; fue algo más profundo y poderoso: la sociedad civil organizada salió a recuperar lo que siempre le ha pertenecido: sus calles, su ambiente, su convivencia, ¡¡¡su identidad!!! y no lo hizo discretamente marcó el paso con luces, música y sonrisas.
Desde antes de las seis de la tarde, los carros alegóricos confirmados ya estaban puntuales. Se esperaban alrededor de 50, pero ocurrió lo que solo pasa cuando la magia hace su trabajo: llegaron los espontáneos, los que no estaban en la lista, pero sí en el ánimo colectivo. Así, el desfile creció hasta superar los 80 vehículos decorados, convirtiéndose en una galería rodante multicolor que a su paso derrochaba creatividad y esperanza.
Los vecinos, la gente del pueblo y las rancherías los esperaban, entraban triunfantes a tomar las calles que un día fueron suyas. A su paso, los vecinos correspondían dando la bienvenida al ejército multicolor con las fachadas de sus casas iluminadas de color Navidad arengando el avance de los “conquistadores” los que acompasaban con aplausos espontáneos que hacían repicar los acordes de la sinceridad. La alegría invadió cada calle. Allende se reconocía a sí mismo en ese tránsito festivo descubría y quizá con sorpresa se dieron cuenta que eran muchos más de lo que creían. Que juntos podían recuperar lo que daban por perdido.

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Para las niñas y los niños, la lección fue clara y luminosa: ¡¡¡la magia de la Navidad existe!!! Los estruendos que se escucharon ya no eran más de los fusiles asesinos, estos tenian alma que se materializaba en destellos fugaces que surcaban el cielo dejando una huella multicolor que arrancó de tajo la admiración y algarabía. En las pupilas inocentes de los infantes desfiló la ilusión: luces, música, personajes, colores… sin duda una postal viva que quedará guardada en la memoria de la infancia vallera.
El recorrido desembocó, como debía ser, en la plaza. Ese punto de reencuentro donde antes, no hace mucho tiempo, los mayores se citaban para comentar las vicisitudes del día y los niños para jugar ratificando en esa coincidencia de tiempo y lugar la identidad de pertenencia, de ser el pueblo fundacional de lo que hoy es Chihuahua, el que le dio la bienvenida a la expedición española.
Este jueves ese sitio resguardado por estoicos nogales volvió a su función original: el punto de reunión de cientos de “valleros”, residentes de rancherías de Allende e invitados procedentes de los diferentes puntos cardinales, todos por igual cantaron, compartieron el alimento, las golosinas, retaron a la suerte en cada una de las rifas, aplaudieron sin cesar los disfraces, los carros alegóricos y celebraron la entrega de regalos, porque ¡hubo para todos! Fue una sola ofrenda colectiva que se ofreció para restituir el tejido social.
Allende recordó su esencia: bullicioso, alegre, orgulloso de ser el origen del estado. Y sus hijos que habitan en todas las comunidades comprendieron que juntos pueden superar la etapa negra de la inseguridad, la misma, que, aunque sea por una tarde-noche pudo ser abatida por hombres y mujeres de buena voluntad quienes dispararon acciones que se escucharon más fuerte que cualquier discurso o detonaciones delincuenciales. Cuando las acciones afloran, las palabras sobran.
La noche avanzó entre risas y abrazos. El frío de diciembre fue desplazado por el calor humano. Y así, sin aspavientos, Allende reactivó su vida con una Mágica Navidad, una que desde ayer empezó a escribir historias. La noche alegre fue un éxito acompasado por un ambientazo inolvidable. La comunidad volvió a latir… y lo hizo en gran forma.









