SUEÑO. - La ciudad de Parral ha sido testigo de un proyecto que, más que una obra de infraestructura, se ha convertido en una promesa rota y en un símbolo de la indiferencia política.

PROPUESTA. - Se trata del teleférico, una iniciativa que se vendió en proyecto como un atractivo turístico y un motor de desarrollo económico, pero que, con el paso de los años, ha caído enfermo de la mortandad que da el olvido, envuelto en burocracia y promesas vacías; es tiempo de declararlo ¡legalmente muerto!

ILUSION. - Es común escuchar, tanto en discursos políticos como en reuniones informales, que Parral tiene un teleférico, o, que “este año sí se instalará”. La frase se repite en vano muchas veces y por diferentes actores, pero nadie se ha atrevido a decir lo que realmente ha sucedido con este proyecto fallido que ha sido declarado oficialmente muerto.

DATOS. -  Las piezas que hace más de 8 años llegaron a Parral fueron homologadas como el cimiento del futuro turístico de la ciudad, hoy yacen obsoletas ¡a pesar de nunca haber sido utilizadas! Algunas han sido hurtadas, las más grandes permanecen almacenadas en los terrenos de la mina La Prieta, como testigos mudos de lo que pudo haber sido y no fue.

CONEXIÓN. - El sueño de contar con un teleférico para apuntalar la incipiente vocación turística local se fue lentamente apagando por la falta de visión y compromiso político. El costo de instalación, las licencias y permisos que nunca se obtuvieron, fueron la traba burocrática que abortó la propuesta reduciendo una apuesta al progreso hasta convertirla en una gran desilusión.

FRACASO. - Para entender las causas del fracaso del teleférico en Parral, hay que retroceder a los tiempos en los que Javier Corral gobernaba Chihuahua. Durante su administración, los parralenses vivieron lo que se podría considerar un doble agravio: primero, cuando en su enfermiza venganza contra su antecesor Cesar Duarte desvió los recursos federales que originalmente habían sido etiquetados para la instalación y se los llevó a Ciudad Juárez, para terminar, ¡no ejerciéndolos! y segundo, cuando cínicamente intentó vender el teleférico, como artículo de segunda mano.

DUARTE. - La gestión de César Duarte había sido clave en la gestión inicial para la adquisición, pero dada la improvisación con la que se planteó nunca se materializó la instalación. Hoy, el teleférico ni siquiera es un sueño; ya ni siquiera aparece en los planes de los actuales gobiernos que prometieron revivirlo.

EJEMPLO. - La desconexión entre las promesas de campaña y las acciones concretas de gobierno se concretizaron aquí como un ejemplo del desinterés a la continuidad, la falacia discursiva, la ineficiencia administrativa y la indiferencia ante las necesidades locales.

DECEPCION. - Lo que debía ser una obra de transformación se ha convertido en un monumento a la decepción, en eso que muy frecuentemente se inicia como un gran proyecto lo que pudo ser y nunca llega a ser, obras de las cuales hay muchas en Parral, la tierra de las promesas incumplidas y los sueños frustrados que no solo afectan la infraestructura de una ciudad se vuelven también en una acusación para sus representantes populares.

RECUERDO. -Para los parralenses, el teleférico sigue siendo un recordatorio de las promesas incumplidas donde nunca hubo voluntad, visión o compromiso.