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Lo que no se dice...

17 de junio de 2021
Lo que no se dice...
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BEISBOL. - El tema de moda, otra vez el beisbol, desgraciadamente no solamente por la apertura de los estadios y el reinicio de la actividad tras un ayuno de casi dos años.

TRAGEDIA. - Tampoco se puede considerar que la noticia sea la tragedia de que los mineros no empezaron con el pie derecho, aunque en el misticismo beisbolero, ese que conformo la idiosincrasia del fanático minero, ahí, una derrota duele y tres se convierten casi en tragedia.

PROBLEMA. - Después de los escándalos electorales, siguen los del beisbol. Los problemas que asoman a las butacas del gran estadio involucra a directivos y funcionarios por igual, una yunta que históricamente han jalado solo para un lado y este no ha sido el de los aficionados o jugadores. Convertidos en expertos saqueadores y pésimos administradores, la lista de los "abnegados" del pasado es prodiga y los que están formados para continuar con el eslabonamiento de esa cadena, no son menos. Son garbanzos de a libra los que no se han aprovechado del dinero de ese deporte.

ASUNTO. - El paso de estos siniestros personajes han marcado una huella en el estadio. Las cicatrices se encuentran en cada paso, hiede a olvido y descuido. La preservación de la infraestructura no está en el vocablo y  menosprecio a lo que explotan se muestra en sus acciones depredadoras.

DESATENCION. - Cada vez que no se atiende un asunto de infraestructura del estadio, se le endosa al que viene enseguida, este a su vez, tapara ese hoyo, para abrir otro y endosara el problema al que sigue. Una mafia bien organizada, tolerada por la  autoridad convertida en espectadora del saqueo, al no existir regulación alguna, aquello se convierte en un arca abierta.

PEDRO. - En su momento Pedro el mago Septien, había acuñado una frase vigente hasta nuestros días, aplicable no solo en el beisbol profesional, también en el amateur; “el beisbol es mucho deporte para ser negocio y mucho negocio para ser deporte” no se equivocaba, sabia de lo que hablaba, es una máxima que llego para quedarse, atemporal.

CUARTA. - El gran estadio Parral, concebido y construido en el sexenio del gobernador Patricio Martínez García hace ya dos décadas, hoy se encuentra sumido en el descuido. La catedral del beisbol de la cuarta zona, ha sido saqueada.

DEUDA. - La delatora deuda de más de seis millones de pesos lo dice todo; la suspensión del servicio de agua desde hace casi dos años fue la puntilla de lo que ahora enfrentamos, un estadio de terracería.

LANA. - La danza de los millones lleva años. ¿Dónde estaban los directivos del estado para exigir cuenta a los administradores? En el 2019 la deuda era de 1.5 millones de pesos, para marzo del 2020, se elevó a 4 millones y ese mismo mes tuvo otro sorprendente  estirón millonario para situarla en seis millones, vigente hasta nuestros días.

RIEGO. - El asunto involucra a varias dependencias, ninguna tiene la solución. La junta municipal de aguas, realizo los cobros del agua cuyo único mérito era el bombeo, se extraía de una de las minas cercanas al estadio. No hay medidor para objetivar el cobro, por tanto esto se hace a “ojo de buen cubero”, están a merced del administrador en turno.

LANA. - Durante la administración de Sergio Medina, la anualidad con la junta de aguas se arreglaba en 50 mil pesos anuales. La cuota se elevó a 100 mil en el arribo de Luis Carlos Parga, con excepción de los dos últimos años. A los adeudos del pasado nadie le entraba, hoy ese pecado los condena.

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PRECIO. - Los cien mil pesos fueron aceptados inicialmente en la gestión de Víctor Gutiérrez en la JMAS, luego ya no fueron suficientes, no hubo acuerdo y el corte sobrevino, los incrementos en los consumos fueron exponenciales, aun estando en corte, hasta llegar a los seis millones de pesos.

DAÑOS. - Los daños fueron mayores para el año pasado. Las condiciones del pasto del estadio, eran buenas, se había resembrado, la esperanza de que resurgiera la actividad crecía tan intenso como el verde del césped.

MARCHITO. - La pandemia y la falta de riego, marchitaron las esperanzas de los aficionados, la temporada 2020 no se realizó y el zacate se secó hasta extinguirse.

SEQUIA. - La falta de precipitaciones, dio la puntilla. Este año se sembró nuevamente la semilla en el campo de juego, pero sin agua, no hay nada. Hoy es un campo llanero, semidesértico, será el marco sobre el cual se cante mañana el playbol.

COMPARACIONES. - Las comparaciones son tan odiosas como necesarias. En la anterior serie beisbolera, en Delicias, el campo de aquel estadio lucia en su mejor momento, aquí es de un café desértico. Al igual que en Parral, en aquellos lugares hubo pandemia, se suspendió la actividad deportiva, los ingresos económicos mermaron, pero las buenas condiciones del campo se mantuvieron.

DIFERENCIAS. - Debemos aceptar que, si hay dos diferencias marcadas entre lo que ocurre aquí y en otros estadios, en aquellos lugares hay menos aficionados, pero los directivos le guardan un respeto y los honran con buenas instalaciones.

ENTREGA. - Aquí, el comodato del estadio termino en el 2020, pero nadie del gobierno vino por él, está a la deriva, ahora que se reactiva el beisbol, se vuelve la manzana de la discordia.

PARGA. - La administración de Luis Carlos Parga, hereda a la de Irad Encinas, un estadio remodelado, con una infraestructura cambiada, tanto en los colchones de los jardines, en las casetas, en los baños, pero en el campo, que es el corazón de la emoción de los aficionados, será de los peores del estado.

TINAZOS. - El funcionamiento será a “tinazos” o más bien a “pipazos” será necesario un desfile de camiones transportando agua para abastecer la cisterna del estadio, desde donde se surtirá de líquido a los baños, rehabilitados en su apariencia, aunque con el mismo obsoleto sistema hidráulico que desperdicia cientos de litros por minuto.

SOLUCION. - En toda la historia del beisbol, ningún jurisdiccional ha sido llamado a cuentas. Todos han sido beneficiados de alguna manera. Desde los que recibían el pago de nómina completa del erario  del gobierno del estado incluyendo los gastos de operación y solo se dedicaron a escurrir, sin dar cuentas de nada, hasta los que desaparecieron el dinero.

BOLSA. - Aunque eso sí, todos dicen que pagan de su bolsa por estar ahí. Inexplicablemente hay muchos que quieren entrarle. El raro imán de formarse para regalar el dinero, es un mito imposible de creer. La no operación del estadio cuesta 30 mil mensuales, son los gastos fijos, la operación atrae a los aficionados generosamente y compensa.

INAMOVIBLE. - En la operación de las bebidas embriagantes está el secreto, sin embargo, desde siempre el monopolio de la venta de las bebidas de moderación ha sido concesionada en exclusiva a un solo hombre; Miguel Orquiz el regidor independiente, quien parece ser el único que tiene el secreto, es la constante, jurisdiccionales llegan y se van, el permanece.

MITO. - Mientras que el gobierno estatal mantenga la actitud laxa de dejar suelta la operación de los inmuebles como el gran estadio Parral, las perdidas, se terminaran pagando por los contribuyentes, mientras que los saqueadores del beisbol no rindan cuentas, todos, sin excepción, dejaran deudas…¿el qué sigue?

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