Sota, Caballo y Rey

Hay algo que no es trivial, ser el presidente de todos los mexicanos implica dejar de dirigir a un sector de la población para dirigir a toda una nación. Nadie puede dedicar su tiempo como presidente de un país a favorecer sólo a los suyos, el deber exige que se gobierne para todos y que se proteja a las minorías. La realidad nos muestra que Ni AMLO ni Claudia Sheimbaun han tenido esa estatura, les ha importado más dirigir a Morena que dirigir al País. El más claro ejemplo de su falta de visión política está en el show de la mañanera, evento diario que utilizan para dirigirse al pueblo, pero más allá, desde ahí se dirige a la

Nación. Lo cual es grave, muy grave, no se pueden tomar decisiones de la trascendencia que un país exige desde una carpa llena de zalameros pre preparados para un show. Jamás imaginé que la presidencia de la república del país estuviera en un escenario barato, teatral, armado y preparado con el nivel más ínfimo posible, ni en los más locos sueños, creo que alguien con sentido común, podría haber anticipado que López Obrador haría de la presidencia una carpa de espectáculos baratos, al más puro estilo de Susy Moreno y Don Proculo, con sus bailes, cantos y chistes colorados, según aparecían detrás de las simples lonas que los separaban del público, con la diferencia de que aquellos artistas de barrio buscaban dar un poco de alegría a la gente humilde, a cambio de unos cuantos pesos, mientras que AMLO sangró al país, lo dividió, lo endeudó y lo hundió. La mala suerte es que la Presidente Claudia lleva el mismo rumbo. No es crítica para reír, es crítica para llorar y entender que las decisiones del pueblo, por sentimentalistas, nos van a llevar a la ruina como país.