Lo que no se dice...
11 de junio de 2025


FRAUDE. - En la reciente elección judicial quedó en evidencia una realidad: no todos los participantes fueron políticos, pero todos terminaron inmersos en un proceso profundamente político. Muchos abogados, movidos por la buena fe y una noción casi idealista de democracia, decidieron participar, creyendo que las reglas eran claras y justas. La experiencia les enseñó, sin embargo, que en nuestro país la democracia en su concepto practico es solo una ilusión orquestada desde el poder.
DESIGNACION. - Lo que presenciamos fue una versión sofisticada de lo que podría llamarse democracia dirigida. Aunque revestido de legalidad y participación ciudadana, el proceso estuvo viciado desde el inicio. Los partidos políticos jamás soltaron las riendas. Las famosas listas de “acordeones” —esos instructivos de votación que circularon con descaro— no solo fueron el primer síntoma de manipulación, sino también una clara manifestación del corporativismo político proveniente de los grupos de poder en el Estado y la Federación.
COMPETENCIA. - Aunque hubo quien sacó su propia versión de acordeones “de similares”, es decir en esencia lo mismo, pero carecieron de la contundencia de los originales, porque eran solo escisiones de los partidos o de la línea oficial que se bajaron a manera de instrucción. Los genéricos se utilizaron como placebos para algunos candidatos que andaban por la libre.
PROMOCION. - En el proceso ¿democrático? Se promovió el gatopardismo: la idea de cambiarlo todo ¡para que todo siga igual! Dio la apariencia de renovación, de que se tendría un cuerpo de juzgadores electos por el pueblo, pero en realidad fue una simulación cuidadosamente diseñada para ratificar a los enviados del poder.
DESCARO. - Antes de ahora el proceso era menos hipócrita: se designaban jueces y magistrados sin más trámite que su toma de posesión. Hoy, con el disfraz de democracia, se “valida” la misma designación llevando a la gente a las urnas, manipulándola con instrucciones, alianzas ocultas y “acordeones”, ¡haciéndoles creer que son parte de un cambio que no existe! Solo se movió el escenario, la forma, ¡pero no el guion del fondo!
GANONES. - Este proceso atrajo a muchos intermediarios y "coyotes" políticos que prometieron representación y votos a cambio de favores o dinero. Se trata de vivales de las campañas que siempre han asegurado tener el control de la voluntad del pueblo y apuestan a que se den resultados favorables circunstanciales para ceñirse la victoria, asumiéndose como falsos gurús u operadores sobrevalorados de un proceso que siempre estuvo ajeno a ellos, en esta elección quedaron desnudados y reducidos a “vivales”, estafadores que vendieron ilusiones a incautos porque sabían perfectamente como el verdadero juego se libraba entre estructuras de poder en la que ellos nunca fueron incluidos.
GANANCIA. - En el río revuelto de esta elección judicial, quienes realmente mandan se aseguraron de que nada ni nadie alterara el equilibrio que les favorece y bajo el disfraz de participación democrática, se consumó otro episodio de exclusión y simulación.
¿CAMBIO? - La lección más allá de los resultados da claridad en otro aspecto: sin una verdadera independencia del poder judicial y sin un proceso electoral libre de intereses partidistas, la democracia seguirá siendo una promesa incumplida. Y mientras tanto, los “acordeones” seguirán marcando el compás de una justicia que baila al ritmo de los de siempre.
ACCIONES.- Las protestas en la asamblea distrital donde algunos de los candidatos a jueces perdedores fueron catárticas, sacaron lo que piensan y saben de esta elección, en el fondo saben también que pueden promover recursos que serán atendidos por el poder que ya los enterró y el resultado ¡es previsible! Sin embargo no por ello se debe desestimar hacerlo.

Desde la Rumorosa…
PERDIDOS. - ¿Dónde están los veinte empleados registrados en la nómina del área de Servicios Públicos del municipio y que nadie ha visto trabajar allí? La pregunta no es menor. Se trata de un caso de opacidad administrativa que debería estar en el centro de atención de la sindicatura municipal y del órgano de control interno del municipio.
AVIADORES. - Es difícil que se trata de aviadores, porque son parte de la lista oficial autorizada en la oficialía mayor, pero su trabajo no está adscrito al área donde aparecen en la nómina, seguramente estarán en otro lado, ¿en un departamento de servicios públicos alterno?
DUDAS. - Aunque las dudas emergen y están sin resolver, la situación ya cobró su primera víctima: la secretaria de Servicios Públicos, quien hasta hace unos días estaba a cargo del área dirigida por Eduardo Valdez causo baja. Fue ella quien proporcionó a la sindicatura la lista de empleados activos en el área, sin saber si los datos eran coincidentes con la nómina oficial proporcionada por la Oficialía Mayor.
ACCION. - Sin embargo, más allá del desfase administrativo, lo alarmante es lo que vino después. La entrega de información no fue espontánea: fue oficial y alguien, seguramente su jefe le pidió que lo hiciera y, aun así, fue despedida, Esly se convirtió en chivo expiatorio de una red de intereses y conflictos internos. Con su salida se castiga a quien lleva el recado, no a quien lo ordena.
MOVIMIENTO. - Quienes conocen el movimiento interno del municipio afirman que la ahora ex secretaria de Eduardo Valdez entraba y salía de la sindicatura con naturalidad, no llevaba información clandestina, más bien atendía la encomienda oficial de responder al “pase de lista” pedido por la sindicatura y atendido oficiosamente instrucciones de su jefe sin imaginar que con el tiempo se convertiría en la “pagana” mensajera de un conflicto mayor.
SALIDA. - Este episodio revela una vez más la profunda fractura entre los distintos grupos de poder dentro del gobierno municipal. El caso de los empleados desconocidos seguramente se esclarecerá y si no son “fantasmas” estarán desempeñándose en otra área municipal, como “embajadores” de servicios públicos y sería el caso menos grave porque al fin de cuentas estaría haciendo labor para el municipio, lo grave sucedería si se trataba de “aviadores”.
DUDA. - La gran pregunta sigue en el aire: ¿Dónde están los veinte? ¿Quién ordenó entregar la información? ¿Quién autorizó las contrataciones irregulares? ¿Quién dio la orden de despedir a la mensajera? Solo Eduardo Valdez tiene todas las respuestas. Y el municipio, el deber de exigírselas.








