La Salud, los Mitos y las Promesas Incumplidas
26 de mayo de 2025

Jesús Francisco Luján Vázquez

La seguridad social debe ser un sistema que ofrezca protección a individuos y familias , garantizándoles acceso a la asistencia médica y seguridad en los ingresos, especialmente ante situaciones como vejez, desempleo, enfermedad , invalidez, maternidad, accidentes o perdida del sostén de la familia; entonces, la seguridad social la debemos conceptualizar de manera más amplia, no solo el ingreso, acceso a la salud, atención médica, así como otros servicios, e incluso habría que integrar la recreación dentro de esta categoría social.
Esta semana, me interesa subrayar, algunos aspectos de las administraciones federales a lo que a salud se refiere de dos décadas a la fecha.
Desde el 2001 en la presidencia de Vicente Fox se había establecido alcanzar la cobertura universal en el programa nacional de salud (2001-2000) titulado “la democratización de la salud en México”: hacia un sistema universal de salud (DOF,2001), la triste realidad es que ese reto sigue vigente.
En estas últimas décadas, México ha atravesado tres grandes modificaciones bajo el objetivo de universalizar la salud: la primera fue la creación en el 2003 del Seguro Popular y que entrara en funcionamiento en el 2004, el financiamiento era tripartita, con aportaciones de recursos federales, estatales y beneficiario, de acuerdo a su situación económica, la segunda fue en 2019 con la creación del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (INSABI) (DOF, 2019) y la tercera y más reciente en el 2023 con la creación del Organismo Público Descentralizado (OPD) IMSS-Bienestar (DOF, 2023); cada una de las modificaciones careció en mayor medida de una de las tres variables fundamentales para avanzar en la cobertura universal, a saber : presupuesto suficiente y sostenible (protección financiera), las otras son el acceso y la calidad de los servicios de salud.
Así tenemos que, con el seguro popular hubo avances en la población atendida, con el paquete de servicios y con su financiamiento; la carencia por el acceso a los servicios de salud paso de 58.6 % de la población en el 2000 a solo 16.2 % en 2018 (coneval 2019) por lo mismo, su desaparición al inicio del gobierno morenista concito interrogantes ¿por qué?, puesto que no se demostró, estuviera incumpliendo las variables antes citadas, lo único se señaló y argumento que existía corrupción, pero nunca se presentaron pruebas de ello.
La segunda y la tercera reforma se realizaron ya bajo la administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador entre el 2019 y 2023, el INSABI nació con el multicitado objetivo de brindar servicios de salud a toda la población sin afiliación a las instituciones de seguridad social, sin embargo, no funciono y ya en 2023 se reconoce implícitamente la falla e inoperancia del mismo, al desaparecerlo y decretar la formación del IMSS-Bienestar como un organismo público descentralizado (OPD), encargado del mismo mandato del INSABI y además nace nuevamente sin fuentes de financiamiento.
Con la desaparición del seguro popular ya en el 2022 la carencia de acceso a la salud se incrementó de 16.2% a 39.1% de la población; lo que significo llegar a 50.4 millones de personas que no contaban con servicios públicos de salud (Coneval 2023).
Cabe destacar, que, el sexenio Obradorista, se caracterizó por los vaivenes en el presupuesto destinado para salud, los tres primeros años fue inferior a los 769.5 mil millones del último año de Enrique Peña Nieto ( 626.1, 653.4, 692.4 miles de millones ) mientras que en la segunda mitad encontramos valores de (816.7, 808 y 967.4 miles de millones), resaltado el aumento considerable del presupuesto de 2024, que lo aumentaron hasta en 159.4 mil millones, lo que levanto y sigue levantando suspicacias, ya que, fue año electoral; para este año 2025, el Congreso de la Unión aprobó 918 mil millones, esto significaría un recorte del 11% en comparación con 2024, se debe a la reducción de recursos para el sector poblacional sin seguridad social (o sea los más pobres de México), con un gasto per cápita del orden de 4,490 pesos anuales, un 22.6 % menos que el año anterior, que en pesos y centavos corresponden a 1,313, haciendo la acotación , que es el monto más bajo en 15 años.
México en el 2018 contaba con una población, (según cifras oficiales) de 124.6 millones, ahora este año, el dato reciente es del orden de 131.9 millones. Si se analizan, los datos de población y presupuestos para la salud de estas últimas dos décadas, encontraremos que existe un bajo nivel de gasto para el sector salud, dándose un desfase del 3% del PIB, es decir, que México destina en el sistema de salud pública menos de la mitad del presupuesto que sugieren los organismos internacionales, que es del 6% o lo que destinan países latinoamericanos como, Argentina, Brasil o Costa Rica y en este año, y ya bajo el gobierno de Claudia Sheinbaum el país solo tiene contemplado gastar el 2.5% del PIB en salud.
Ahora bien, la cobertura universal de salud se entiende como el acceso de todas las personas al conjunto de servicios de salud de calidad, en el momento y lugar adecuados sin que esto implique dificultades económicas (OPS 2021). Sin embargo, este enfoque no se aplicó desde 2019, con el problema de la pandemia, donde finalmente el gobierno de la 4T se vio rebasado por aplicar una estrategia fallida, por la falta de insumos, equipamiento deficiente en hospitales, el retraso en la compra por encargo de las vacunas para el Covid 19, la falta de ventiladores, de camas e incluso personal suficiente e inmunizado. Todo lo anterior, hizo que México fuera uno países más ineficientes para controlar la pandemia, el nivel de fallecidos esperados por el presidente López Obrador y por el responsable médico de la estrategia sanitaria el doctor Hugo López Gatel, fueron realmente ridículos, porque minimizaron los posibles efectos y consecuencias de la enfermedad, jamás se hizo un análisis serio tomando en cuenta la realidad de la seguridad social en nuestro país; el oficialismo admite a través de INEGI la muerte de 334 336, mientras que estudios independientes contrastando los datos con el registro civil nacional encuentran un exceso de muertes, que no concuerdan con dicha cifra, y señalan la existencia de 297 000 muertos mas no contabilizados por INEGI, señalando que, se pudieron evitar habiendo implementado otra estrategia para atender la emergencia.
El gobierno obradorista no solo tiene en su haber le estrategia fallida en el control de la pandemia del COVID 19, sino otras acciones que tiene que ver con la compra y distribución de los medicamentos para todo el sector salud; de entrada, habría que señalar que destruyeron por decreto todo el mecanismo existente de la compra, almacenamiento y distribución de los mismos, arguyendo otra vez la corrupción, tampoco demostrada, en lugar de corregir y mejorar lo existente buscaron o establecieron nuevos mecanismos y organismos públicos para ello, que no les dieron resultado, y duraron todo el sexenio y en cada mañanera haciendo el compromiso de contar con todos los medicamentos, los mejores del mundo mundial, he incluso, compraron un edificio y lo habilitaron como una farmacia cuyo costo es de 4000 millones de pesos, que tampoco vino a resolver la problemática, porque lo que faltan son medicamentos para llenar el almacén, que no mega farmacia, para lograr contar con los suficientes y necesarios para todo el sector salud, promesa que aún persiste como herencia para Claudia Sheinbaum.
Otra herencia que le dejaron a la nueva presidenta con A, es realizar el mito de López Obrador, es el de contar con un sistema de salud mejor que el de Dinamarca, y que en su ultimo informe en el pulpito del zócalo capitalino el expresidente, lo maximizo, declarando que nos dejaba un sistema de salud, no solo mejor que el de Dinamarca, sino el mejor del mundo, con este dislate tendrá que navegar la heredera del trono presidencial.
Es difícil, muy difícil enumerar la problemática del sector salud en el sexenio pasado y los meses que van del presente, la situación, no sigue igual, sino peor, porque errores que no se corrigen con el tiempo siempre se complican, aumentando la imposibilidad de resolución, vayan otros dos ejemplos de ello.
Antes del sexenio obradorista , se tenía un sistema nacional de vacunación, cuyo objetivo central era la protección a la población contra enfermedades prevenibles, especialmente los niños. El programa de vacunación se implementaba a través de las instituciones de salud públicas y privadas, algunas enfermedades específicas que se buscaba prevenir eran, el sarampión, la rubeola el tétano, la hepatitis B, el VPH y la influenza etc.
Es importante insistir que con la reducción del presupuesto de salud y sobre todo el destinado para la vacunación universal, en el sexenio anterior y en este, que prácticamente desapareció para la atención de la población que no esta inscrita o cuenta con una institución de seguridad social que le brinde la atención medica; pues bien, ahora México es un escándalo mundial ya que enfermedades como el sarampión y la tos ferina que estaban erradicadas desde el siglo pasado, hoy aparecen de nuevo cobrando vidas, porque no se presupuestan fondos para su prevención.
Existe una plaga que se encontraba en el estatus de algunas enfermedades humanas, ya estaba erradicada desde hace décadas: es el gusano barrenador del ganado, su control es de suma importancia por las pérdidas económicas que produce para el sector ganadero, pero también por que puede atacar al ser humano y a otros animales domésticos; su erradicación se dio entre 1960 y 1991 y el costo fue de 750 millones de dólares en Estados Unidos y en México 620 millones de dólares.
Nuevamente, habría que señalar, que el presupuesto de SENASICA (Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria) se redujo significativamente en los últimos años, lo que afecto la capacidad de control del gusano barrenador, y si a eso le agregamos que el gobierno de AMLO flexibilizo las normas de importación de ganado en la frontera con Guatemala, entonces, habría que concluir que lo que hemos visto líneas arriba solo demuestra la gobernanza fallida, ahora viéndola desde el punto de vista de la salud, los daños de esa improvisación, de 90% lealtad y 10% conocimientos y del liderazgo autoritario e ignorante, de allegados agachones e incapaces que prefirieron entregar dinero en efectivo que fortalecer al sistema nacional de salud, y aun no paran las ocurrencias, ahora se llama “salud casa por casa”.
Ante esta deplorable y reprobable situación en el sector salud, donde no existen quirófanos en los hospitales del bienestar, donde se suspenden cirugías por no contar con lo necesario para realizarlas, donde aún faltan los medicamentos y en general lo necesario para dar una buena atención a los derechohabientes, la actitud del pueblo debe de ser distinta, no debemos ser entes pasivos, debemos de adoptar una actitud de lucha, de exigencia, solo que se requiere organización y eso es lo que el pueblo debe hacer, organizarse para que no nos sigan, engañando y manipulando.

La Expresión Continúa...

