Novatez en el manejo de la pandemia
4 de enero de 2022

Columna Cañonazos
Del portal Juarez Noticias

El nuevo Consejo Estatal de Salud, responsable del manejo de la pandemia, mostraron su inexperiencia en la conducción del semáforo epidemiológico, cuando el Covid-19 de nuevo apretó a la población con acelerados contagios.
Controlar una pandemia no es una tarea nada fácil y menos cuando las autoridades sanitarias como las mexicanas le faltan el respeto a la enfermedad, como han mostrado con sus acciones y omisiones a lo largo de casi dos años de calamidad en la salud de los mexicanos.
El gobierno marucampista hasta cierto punto no había sentido la presión y el impacto de la pandemia, porque los contagios, la ocupación hospitalaria y los decesos de septiembre a finales de diciembre pasado, eran relativamente bajos en comparación con octubre y noviembre del 2020.
Tras la reunión del Consejo Estatal de Salud del sábado pasado, la información sobre las restricciones y la regionalización del estado para decretar las medidas focalizadas de prevención no quedaron muy claras para la ciudadanía.
En el acuerdo de las nuevas medidas sanitarias, que fue publicado en el Periódico Oficial del Estado, se oficializó que Ciudad Juárez, la capital del estado y la ciudad de Delicias pasarían a semáforo naranja por ser los municipios con mayor incidencia de contagios.
Pero en contradicción, el gobierno del estado a través de su coordinación de comunicación social dio a conocer que en la regionalización del semáforo de riesgo estos tres municipios estaban en amarillo, pero con “riesgo a cambio a naranja”.
El acuerdo publicado es un “Frankenstein” formado con extractos de otros acuerdos y decretos federales y del estado, lo que propició la confusión en los diversos sectores que tienen que observar y cumplirlo.
La información ejecutiva que divulgó el estado en cuadros e infografías fue escueta que levantó muchos cuestionamientos y dudas; por ejemplo, habla sobre la regulación del transporte público, pero no especifica el aforo.
Tampoco especifica qué cuidan y qué revisan las células COVID y quienes las integran.
Y lo más importante, no clarifica los datos y parámetros que evalúa la administración estatal para haber separado en regiones y semáforos el estado.
Ciudad Juárez debería estar en naranja, porque en la dinámica de la frontera hay interacción de los juarenses con migrantes que vienen de todas partes del mundo; además, la relación con la población de El Paso, Texas en donde también los contagios van al alza.
Un ejemplo es que ayer en Pensiones Civiles en Juárez en el turno de la mañana realizaron 42 pruebas, de las cuales, 15 resultaron positivas; es decir un 36 por ciento. Un porcentaje muy alto.
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La contradicción en el semáforo epidemiológico, que es habilitado por el gobierno federal y la Secretaría de Salud y adoptado por las autoridades de salud en el Estado para determinar la situación frente al Covid-19, fue muy notoria e hizo mucho ruido, sobre todo en el sector empresarial.
Ayer en cuanto amaneció el que primero puso el grito en el cielo, fue el presidente de la Canacintra Thor Salayandía, quien tibiamente salió a lamentarse por las restricciones que representan el color naranja del semáforo.
A través de un video que difundió en sus redes sociales, el dirigente empresarial se quejó de la cuesta de enero que sacudirá fuertemente a los empresarios; gimoteó por el aumento de impuestos del estado, el incremento a los salarios y pa´ acabarla de amolar otra vez las restricciones a comercios y empresas por motivos de salud.
Para calmar los ánimos, el gobierno del estado enfatizó que la ciudad está en semáforo amarillo con medidas preventivas extraordinarias.
Ahora sí que los novatos en el tema de la actual administración salieron igual que Javier Corral, que cuando quería matizar el color del semáforo, se inventaba la mezcla de los distintos colores para obtener el tono mostaza que más le convenía en determinadas circunstancias. Simulación pura.
Por cierto, la gobernadora Maru Campos inició mal el 2022; nuevamente se contagió de Covid-19 y estará fuera por lo menos los primeros 20 días del mes de enero. Aunque gobernará a control remoto.
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En el manejo de la pandemia provocada por el Covid-19 por las autoridades de México parece que hay lecciones no aprendidas.
Una de ellas es la aplicación de pruebas de Covid, porque a casi dos años de la emergencia sanitaria el gobierno federal, el estatal y el local no han hecho un esfuerzo por implementar programas de la aplicación de pruebas a la población.
La OMS advirtió en 2020 que en México solo se hacen tres pruebas por cada 100 mil habitantes.
En aquel entonces este organismo mundial calificó la situación como “compleja” ya que la escala está subrepresentada.
Aquí en el Seguro Social a todos los asegurados que están internados en algunas de las clínicas no son sujetos a pruebas Covid; vaya ni siquiera aquellos que presentan alguno de los síntomas; tampoco el personal médico tiene acceso a estas pruebas.
Ante el incremento de casos de contagios, las pruebas de antígenos de Covid-19 que permite identificar el virus SARS-CoV-2 se han agotado en las farmacias y en hospitales privados, ya hay que agendar cita para poder realizarse una prueba.
Las personas van de Herodes a Pilatos en busca de las pruebas y queda claro que los tres niveles de gobierno no han entendido la necesidad de ofrecer las pruebas de antígenos, por una salud digna de sus gobernados.
Aunque el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, raye en lo optimista y diga que en el 2022 les va a ir mejor a los mexicanos que en el 2021; deja mucho que desear su administración de la pandemia.
Tan solo en el tema de las vacunas, el gobierno federal no ha querido soltarlas para una mayor eficiencia en la aplicación; ha tomado ese programa como una bandera político partidista instrumentado desde palacio nacional para que los ciudadanos le debamos el favor a AMLO.
En contraste, en la vecina ciudad las vacunas se aplican en las farmacias y en otros espacios públicos y privados. Ya muchos juarenses han cruzado la frontera para ponerse la tercera dosis. Aquí apenas llegaron los lotes de terceras dosis para los héroes de la salud y para adultos mayores.
Y en donde si van muy adelantados es en la Ciudad de México en donde, por cierto, gobierna el retoño de López Obrador y que en un futuro le podría cuidar las espaldas y seguir el legado de la cuatroté.
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Poco a poquito han estado saliendo los regidores que fueron contagiados de Covid-19, luego de estar aislados por más de 15 días.
Primero fue Pedro Matus que el pasado 15 de diciembre salió positivo de Covid-19, lo que tuvo que trabajar a distancia, pero ya se encuentra cien por ciento recuperado, ya que hace unos días lo vieron de shopping en Costco.
También la regidora panista Alma Arredondo le diagnosticaron Covid-19 el 17 de diciembre y tras aislarse, se recuperó apenas hace unos días y ayer fue vista por primera vez después del contagio, ya que estuvo presente en el Izamiento de Bandera, luego en la sesión de Cabildo.
La que aún no cumple con los 15 días de aislamiento es la regidora Vanessa Mora, tras haber salido positiva el pasado 21 de diciembre.
La cita con el doctor la tiene mañana y sabrá si la libró y pudiera ser dada de alta, para que inmediatamente se reincorpore de manera presencial a sus actividades dentro del Cabildo.
En cuanto a funcionarios municipales, el que anda aislado por Covid-19 es el profe César Tapia, Coordinador de Seguridad Vial.
De igual manera, se indicó de manera extraoficial, que al menos ocho integrantes del área administrativa de la corporación y cercanas al jefe de vialidad, también se habían contagiado.
En la dirección de Ecología por lo menos 10 empleados están aislados luego de dar positivo a la enfermedad; el contagio se presentó luego de una “tamaliza” en donde los servidores públicos se reunieron para intercambiar regalos con motivo de navidad.
Y así en todas las dependencias hay o hubo trabajadores afectados por el Covid.
Por lo pronto, el municipio sanitizó la Unidad Administrativa Lic. Benito Juárez, así como varios edificios donde alberga dependencias municipales. Aunque esa acción debería ser todos los días.
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“Los guachos me están chingue y chingue”, fue el reclamo que hizo por teléfono una vendedora ambulante del centro de la ciudad seguramente a un líder de comerciantes.
La señora estaba hablando por teléfono en la avenida Juárez exigiendo que le cambiaran de lugar porque “los guachos” nada más la estaban molestando, pidiéndole dinero a cada rato.
Le decía que ya la tenían hasta la madre porque ya la agarraron de ‘carrito’, porque los soldados o Guardia Nacional cada vez que iban les pedían dinero o artículos a cambio de que siguiera vendiendo su mercancía.
La señora encabritada seguía caminando por la avenida Juárez hablando en voz alta quejándose de esa situación, clamando porque la cambiaran de lugar y pidiendo intercesión para que ya no la siguieran molestando.
Desde la llegada de la Guardia Nacional a esta frontera ha habido infinidades de quejas en su contra, se les ha visto en los herrajeros, en las segundas, tianguis, centro de la ciudad, nada más mirando a ver qué compran, pero la verdad, algunos comerciantes ambulantes denunciaron que han sido objeto de extorsión por parte de los elementos.
Esperemos que ahora con el enroque de los elementos de la Guardia Nacional en los próximos días, se elimine esas mañas y vengan con el espíritu de servicio a la comunidad y no de servirse a manos llenas de los juarenses. O, por el contrario, pueden resultar peores que los que se fueron. Al tiempo.

La Expresión Continúa...

