Jesús Francisco Luján Vásquez

La historia moderna nos enseña que la lucha de los trabajadores en y dentro del capitalismo adopta tres formas fundamentales: económica, política e ideológica.

históricamente la lucha económica representa la primera forma de defensa de los trabajadores, mediante la cual defiende sus intereses económicos (aumento salarial, reducción de la jornada de trabajo, descansos, aguinaldos, seguridad social, etcétera.), para efectuarla, surgen las organizaciones, tales como los sindicatos que son quienes encabezan a los trabajadores en este tipo de lucha y que utilizan como arma primordial la huelga (parcial o total) para lograr sus objetivos, la lucha económica no solo contrarresta el proceso de depauperación de los trabajadores, sino que contribuye o debe contribuir a la organización, con miras a resolver tareas mucho más amplias desde el punto de vista político.

La lucha política tiene como objetivo primordial y fundamental de tomar el poder político por parte de toda la clase trabajadora y aliados circunstanciales, desplazando a quien detenta el poder, para ponerlo al servicio no solo de los trabajadores sino de todo el pueblo en general, para lograrlo los trabajadores se deben organizar en un partido de nuevo tipo y que este en concordancia con su ideología política.

La lucha ideológica, es la que da la clase trabajadora en defensa de su sus ideas sustentadas en la teoría sociológica del materialismo dialectico e  histórico, ya que las clases poderosas han imbuido a los trabajadores con su ideario, ideas y prejuicios, inculcados en ellos por el sistema capitalista, es decir,  el sistema con todos los medios que tiene a su alcance logra que los trabajadores profesen sus ideas, por ello tienen que dar una lucha desigual pero persistente he intolerable, defendiendo la teoría que les sirve como arma de lucha y de transformación de su propia conciencia, que le permita a los trabajadores vislumbrar y construir en el futuro una nueva sociedad con valores distintos a los actuales.

Lo anterior sirve de preámbulo para reseñar y tratar de explicar el movimiento de los grupos campesinos y trasportistas que en los últimos dos meses han sido una de las noticias más publicitadas, para ello vayan algunos datos y cifras para comprender que dicho movimiento se circunscribe dentro de uno de los tipos de lucha, descrito líneas arriba.

México cuenta con 198 millones de hectáreas, de las cuales 145 (73%) se dedican a la actividad agropecuaria, cerca de 30 millones son tierras de cultivo y 115 son de agostadero, además los bosques y selvas cubren 45.5 millones de hectáreas. Por otro lado, la agricultura en México representa el 3.7% del producto interno bruto (PIB) y cumple múltiples funciones en el desarrollo económico, social y ambiental, de tal manera que, su influencia e incidencia sea mucho mayor que su participación en el producto interno bruto. La agricultura es un sector pequeño y sigue a la baja, con respecto a la economía total y proporciona empleo solo al 13% de la población, lo que representa el 3.3 millones de agricultores y 4.5 millones de trabajadores asalariados y familiares no remunerados, otra relevancia del sector es que en el medio rural vive solo el 24% de la población total.

Habría que establecer y remarcar que pudiéramos clasificar la agricultura que tenemos en nuestro país, así que, la hay de autoconsumo y la comercial, la primera es la que realizan los pequeños propietarios o ejidatarios y que se dedica básicamente para el autoconsumo o a la comercialización en pequeño y la comercial que es la que realizan los propietarios de grandes extensiones de terreno, siendo realmente la que podemos considerar como la agricultura capitalista. Esta se caracteriza por ser realizada en grandes extensiones, la que utiliza maquinaria, el uso de insumos agrícolas (fertilizantes, insecticidas, funguicidas, semillas mejoradas, etc.), así mismo requiere de grandes capitales para poder efectuarla y finalmente el uso de la mano de obra que es la que le aporta o genera riqueza al dueño del predio donde se lleva a cabo la agricultura.

Los estados donde encontramos la agricultura moderna, capitalista son Chihuahua, Sinaloa, Sonora, Jalisco, Michoacán entre otros y en Veracruz y Oaxaca con cultivos perenes. En ellos se cultivan maíz, hortalizas, frutas, y mucha de su producción es para exportación; sin embargo y a pesar de lo antes dicho, hay que señalar que la agricultura capitalista también tiene sus desafíos y limitantes, tales como la baja productividad en algunas zonas, mayores costos de producción y la caída en los precios internacionales, que afecta la rentabilidad, otra limitante significativa de la agricultura capitalista es que no se siembra la superficie necesaria para satisfacer la demanda o necesidades nacionales, por lo que en el caso del maíz, México se ha convertido en el principal importador a nivel mundial, así que, el maíz que se compra en el extranjero llega mas barato, por lo que el productor nacional no puede competir en precios, ante esta situación México tiene una dependencia cada vez mayor del mercado internacional para comer y para alimentar también al ganado, esta vulnerabilidad se da ante el comercio internacional y el tipo de cambio de nuestra moneda.

Ahora bien, después de establecer la situación de la agricultura nacional, podemos deducir que los movimientos de los grupos campesinos en su lucha por mejorar los precios del maíz (recuérdese que AMLO en campaña les prometió establecer los precios de garantía) se presume que la promesa era para no depender de los precios, sobre todo de la bolsa de comercio de chicago donde se establece todos los años los precios internacionales del maíz.

Las otras demandas de los campesinos, son la seguridad para los trasportistas en las carreteras donde continuamente son asaltados y despojados de sus mercancías, e incluso de su transporte y la modificación de la ley de aguas nacionales, cuyo contenido afecta a todos los que poseen una concesión de agua, ya sea superficial o subterránea, en el sentido de que cuyos títulos de concesión no sean heredables ni trasferibles y con ello también perder el subsidio de energía eléctrica (PEUA), así como el querer hacer la nueva ley de carácter retroactivo, poniendo en peligro el cierre de pozos que trabajan bajo el régimen o decretos anteriores (2005 y otros), tales como el libre alumbramiento y el famoso folio 8 o de pozos que tienen mucho tiempo en funcionamiento, pero con energía solar.

Entonces de acuerdo a la caracterización de los tipos de lucha que históricamente han dado los trabajadores en y dentro del sistema capitalista, tenemos que etiquetar como lucha económica la que están llevando acabo los campesinos y transportistas y por lo mismo, habría que decir que es correcta, pero limitada en sus alcances no solo económicos sino primordialmente políticos, ya que, si vemos o revisamos los números de los agricultores y del número de trabajadores jornaleros líneas arriba mencionados veremos y concluiremos, que hace falta la movilización real del sector agrario como tal, y lo mas importante es que no hay ningún atisbo de una dirección política del movimiento, siendo fundamentalmente espontaneo.

En este espacio ya hemos insistido en la necesidad que existe de una verdadera organización política, de un partido de nuevo tipo, cuya vanguardia organice y dirija a los trabajadores de México, no solo en su lucha por conseguir las demandas económicas para lograr satisfactores materiales, sino fundamentalmente para que sean los que tengan el poder, para transformar e implantar en nuestro México una sociedad más justa e igualitaria.

Finalmente, quiero desearle a mis lectores y a la administración de nuestra página editorial felices fiestas decembrinas.

Reflexionemos.